MOSCÚ. El ingeniero Mijail Kalashnikov, inventor del arma más popular en el mundo, el fusil automático AK-47, falleció hoy a los 94 años de edad en un hospital ruso, al cual ingresó por una hemorragia interna desde el mes pasado.
El portavoz del gobierno de la república rusa de Udmurtia, Viktor Chulkov, dio a conocer la noche del lunes el deceso del renombrado diseñador ruso de armas en la ciudad de Izhevsk, después de una prolongada enfermedad.
Kalashikov fue ingresado el pasado 17 de noviembre a la unidad de cuidados intensivos del hospital regional de Udmurtia en condición seria debido a una hemorragia gástrica que fue detenida con una cirugía, de acuerdo con despachos de la agencia de noticias Itar-Tass.
El ministro de Salud de Udmurtia, Vladimir Muzlov, indicó por su parte que en el transcurso de terapia intensiva Kalashikov había experimentado procedimientos de recuperación, esta en condición seria, pero estable”. En junio pasado, el famoso diseñador fue sometido a una intervención quirúrgica en Moscú en la cual le fue implantado un marcapasos.
Kalashnikov es el creador del fusil automático epónimo que durante más de medio siglo no ha sido superado en calidad. “Será el primero a la mano de la persona que quiera el mejor rifle”, dijo hace 30 años. Aun cuando en últimas fechas Izmash, la firma fabricante, pasa tiempos difíciles por la caída de pedidos del ejército ruso y la piratería.
El Kalashnikov parece ser el símbolo de la tecnología rusa.
En 1947 diseñó su más famosa arma y desde entonces más de 100 millones de unidades han sido fabricadas, incluso es el fusil más utilizado en la actualidad por las agencias de seguridad de más de una centena de países.
La simplicidad comparativa del AK-47 lo hizo fácil de fabricar, así como fiable y fácil de mantener, por lo que se convirtió en la emblemática arma soviética de la segunda mitad de este siglo.
El auténtico AK-47 pesa 4.3 kilogramos, su longitud es de 870 milímetros (mm), la longitud del cañón es de 415 mm y el calibre es 7.62 mm. La cadencia de tiro es de 600 disparos por minuto y el cargador extraíble curvo tiene capacidad para 30 cartuchos.
Kaláshnikov afirmó que en su arma nada sobra: “Cada una de las nueve piezas pide que la instalen en el lugar que está destinado solo para ella”.
El fusil es tan simple que en la desaparecida Unión Soviética enseñaban a armarlo y desarmarlo en las escuelas primarias. El arma se puede sumergir en el agua y lanzar al barro sin que su seguridad y fiabilidad se vean perjudicadas.
Aunque honrado por el Estado, Kalashnikov hizo poco dinero de su arma, ya que años después él dijo una vez que hubiera diseñado una cortadora de césped.