Los códigos civiles, penales, familiares a nivel local y federal, contienen omisiones sobre qué hacer con los menores que acompañan a sus padres y que son detenidos por un juicio, arrestados o llevados ante el Ministerio Público o Juzgado Cívico.
Ya sea por cumplimentar una orden de aprehensión en contra de los padres de familia, una detención en flagrancia, arresto por el alcoholímetro, una riña casera, o cualquier otra situación en la que los niños queden solos, no hay un lugar específico a dónde canalizarlos o no saben las autoridades qué hacer con ellos exactamente.
Eduardo Rovelo Pico, titular de la Dirección de Juzgados Cívicos, informó que a nivel nacional no hay un manual o protocolo de actuación con respecto a los menores cuyos padres se vean envueltos fortuitamente en una situación legal.
“Actualmente no hay un manual por el cual se defina legalmente cuál debe ser el destino inmediato de los niños cuando sus padres se ven envueltos en una situación legal inesperada, accidental o no, porque no son víctimas, no forman parte de una averiguación, no son infractores, pero se quedan solos en la calle, aunque sea por el momento”, explicó.
Y es que el problema es grave, porque de no manejarlo adecuadamente se pueden incluso violentar sus derechos del menor, y poner en riesgo su integridad física y emocional.
“No pueden ser canalizados a un albergue, a una casa de asistencia, pero tampoco se pueden quedar en un retén del alcoholímetro, de darse el caso, o en la sala de espera de un juzgado cívico o una agencia del Ministerio Público, bajo el resguardo de una trabajadora social o psicóloga, o dentro de una patrulla o vigilancia de un policía, en lo que se dirime la situación de los padres, o llega a un familiar de confianza que acredite que se puede hacer cargo de los infantes”, detalló el funcionario.
El mecanismo que hace falta
Para atender este problema, en coordinación con la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y la Consejería Jurídica del GDF, integran un protocolo de actuación para las autoridades que en estos casos tengan contacto con los menores, pero también se busca crear un espacio físico al cual sean canalizados.
Así podrán definirse los lineamientos de cómo serán tratados los infantes, quién quedará a cargo de ellos, cuál será su figura ante la ley, el espacio físico al que serán llevados en caso de que no haya un tutor, y en su momento a las personas a las que serán entregados, todo ello con respeto a sus derechos como niños, haciendo énfasis en sus situación de vulnerabilidad.
El funcionario capitalino dijo que no hay ninguna normatividad que por el momento brinde la protección que merecen los menores de edad que estén en estas situaciones, por ello, el DF pretende ser el pionero en esta materia, reconociendo las lagunas legales, y sobre todo emprendiendo los programas pertinentes para garantizar el bienestar de los niños y niñas.