En México 75% de los menores atendidos en el Instituto Nacional de Pediatría por tos ferina fueron contagiados por un adulto cercano. De estos casos, 37% de los adultos eran portadores de la bacteria pertussis, causante de la enfermedad, aunque nunca habían presentado síntomas.

 

Actualmente, el promedio de casos en nuestro país asciende a 200 pacientes. A nivel mundial el último brote de tos ferina se reportó durante 2010, en el estado de California, Estados Unidos, donde se confirmaron mil casos.

 

Antes, en 2003, hubo un brote que resurgió en varios países de la Unión Europea, Estados Unidos, Australia y algunas zonas de África.

 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo existen 45 millones de casos y más de 300 mil muertes anuales.

La tos ferina es una enfermedad de las vías respiratorias superiores que atacó al ser humano desde hace 100 años.

 

Fue en la década de los años 40 cuando inició la vacunación para controlar este mal. En ese periodo se presentaron 250 mil casos anuales y nueve mil muertes en Estados Unidos. Treinta años después, en la década de los 70 la enfermedad estuvo bajo control. Es así que durante esa década y la de los 80 que los casos disminuyeron hasta 150% en todo el mundo. Los años siguientes aparecieron brotes aislados, sobre todo en Estados Unidos durante los años 90.

 

En México, la tos ferina sigue afectando a adolescentes y adultos jóvenes, que a su vez, contagian a los niños menores de tres años. En nuestro país, la vacuna contra este mal está considerada en la Cartilla Nacional de Vacunación a fin de aplicarse en varias etapas de la vida; pero se ha dejado de hacer al no aplicarse a la población mayor de 14 años.

 

Esto, debido a que el presupuesto se destina a otras vacunas para enfermedades que causan mayores problemas, explicó Agustín de Colsa Ranero, infectólogo del Instituto Nacional de Pediatría.

 

La vacuna contra esta enfermedad es obligatoria y está dentro de la cartilla con cuatro dosis en los primeros meses y un refuerzo a los cuatro años. Después viene un refuerzo más a los 10 años de edad, ya que la inmunidad del medicamento se pierde en una década. El medicamente también está prescrito en la cartilla de vacunación de los adultos.

 

Estados Unidos y España son los países con mayores rebrotes a nivel mundial, aunque fue el brote de la epidemia en California el más recordado al haber fallecido 10 personas.

 

En estos países los adolescentes, los padres de familia y las mujeres embarazadas están obligados a vacunarse desde 2006. En México, el sector salud analiza la posibilidad de aplicar un refuerzo a los mayores de diez años que tienen su esquema de vacunación completo.

 

“Aplicar ese esquema tampoco es tan factible, muchos países de América lo están planeando. No todo el mundo lo está haciendo”, explicó el infectólogo.

 

La vacuna para adolescentes está en el mercado con la opción a que médicos particulares la apliquen. “Si la gente tiene la posibilidad de ponerla de manera particular, que lo hagan porque es una manera de proteger a los jóvenes”, recomendó.

 

Las complicaciones de este padecimiento son dejar de respirar por segundos (apnea), neumonía, crisis convulsivas y la muerte.

 

EN EL TIEMPO

 

 

Década de los 40: empieza la aplicación de la vacuna

 

Años 70 y 80: bajo control el número de casos

 

En la década de los 90: los casos disminuyeron 150%

 

En 2003 hubo un brote en países de la Unión Europea, Estados Unidos, Australia y algunas zonas de África

 

Durante 2010, en el estado de California, Estados Unidos, se confirmaron mil casos