La reforma hacendaria aprobada es sólida e incrementará la recaudación de forma significativa a lo largo de los años y, por ello, no se presentará una adicional en lo que resta de esta administración, afirmó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El subsecretario de Ingresos de la SHCP, Miguel Messmacher, apuntó que en el proceso de aprobación de la reforma se cuidó mucho que no afectara directamente a las clases medias, ni implicara la pérdida de competitividad de algún sector en particular.
Reconoció que los contribuyentes están en todo su derecho de recurrir al amparo en contra de las medidas fiscales aprobadas, pero la SHCP prevé “una muy baja probabilidad” de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decida en contra de alguna de éstas, pues se cuidó que las modificaciones fueran consistentes con la Constitución.
El funcionario dijo que la SHCP no prevé que la reforma hacendaria vaya a tener un impacto significativo sobre la inflación, en lo que coinciden el Banco de México (Banxico) y los analistas privados, quienes no han hecho revisiones significativas a sus pronósticos.
Aclaró que el decreto que compila diversos beneficios fiscales y establece medidas de simplificación administrativa, publicado en el Diario Oficial este 26 de diciembre, no afecta los objetivos de la reforma hacendaria ni erosiona la recaudación esperada, pues sólo actualiza algunas medidas ya existentes a la nueva estructura fiscal.
La reforma hacendaria que terminó aprobándose es “buena” y “bastante sólida” ya que incluso, dijo, las modificaciones hechas por el Poder Legislativo fortalecieron el proyecto original propuesto por el Ejecutivo.
“Nuestra percepción es que la reforma que termina siendo aprobada es bastante sólida, que amplía la base tributaria, crea incentivos para la formalidad, simplifica el sistema tributario y también elimina espacios para la evasión y la elusión fiscal. En ese sentido, creemos que lo que se logró fue un producto bastante bueno”, destacó.
Además, como resultado de esta reforma, se espera un incremento significativo en la recaudación, de alrededor de 1.0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de forma adicional en 2014, lo que implicaría unos de 181 mil millones de pesos.
Para 2018 se prevé que aumente alrededor de 2.5 por ciento adicional, cerca de 450 mil millones de pesos, ya que algunos de los efectos se darán a lo largo de los años, pues se han establecido distintas transiciones para algunos tipos de impuestos.
Ante ello, precisó el funcionario, no se prevé presentar una reforma hacendaria adicional en los próximos años, pues “la verdad creemos que lo que se aprobó es una buena reforma y que nos va a generar un incremento importante en la recaudación a lo largo de toda la administración”.
También se refirió al decreto publicado el 26 de diciembre en el que se compilan diversos beneficios fiscales, como a la deducción por el pago de colegiaturas, a la enajenación e importación de jugos y néctares, y la deducción adicional a contribuyentes que empleen a personas con alguna discapacidad motriz, entre otros.
Messmacher recordó que como parte de la reforma hacendaria se aprobó una nueva Ley del Impuesto sobre la Renta (ISR) mucho más corta y con cambios en las distintas referencia a artículos y cálculos.
Aclaró que dicho decreto no afecta los objetivos de la reforma hacendaria ni erosiona la recaudación esperada, pues varias de las medidas que incluye ya existían, pero había que sacar un nuevo decreto que se ajustara a la nueva legislación fiscal.
Por ejemplo, mencionó, la deducibilidad de las colegiaturas ya existía, pero referenciada a la vieja ley del ISR, por lo que se necesitaba sacar este decreto para mantener el beneficio, como fue acordado por el gobierno y los legisladores durante la discusión de la reforma.
“Varios de los elementos que se incluyen en este decreto en realidad son actualizaciones de algunos elementos que ya existían, pero que necesitaban actualizarse las referencias o la temporalidad de los decretos para que fueran vigentes el próximo año con la nueva estructura fiscal”, insistió.
Comentó que las autoridades hacendarias, en particular la Procuraduría Fiscal de la Federación (PFF), cuidaron mucho que las modificaciones en la materia fueran consistentes con la Constitución, aunque las empresas y los sectores están en todo su derecho de recurrir al amparo si consideran que algunas de estas disposiciones violan sus garantías.
Subrayó que la SCJN tendrá la última palabra respecto a los eventuales amparos que se presenten en contra de la reforma hacendaria, pero nosotros “sí prevemos una muy baja probabilidad de que la Corte fuese a decidir en contra de alguna de estas medidas”, dado el trabajo previo realizado para asegurar que fueran constitucionales.
Sostuvo que ninguna medida aprobada implica una pérdida de competitividad importante para ningún sector en particular, ya que siempre se cuidó que la propuesta implicara una carga tributaria competitiva a nivel internacional.
Así, por ejemplo, aun sumando el ISR a las empresas, el impuesto de 10 por ciento a las ganancias en bolsa o a los dividendos sigue estando muy por debajo de la media observada en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Destacó que también se cuidó que la reforma no afectara directamente a las clases medias, ya que tiene un carácter progresivo y buena parte de las medidas se concentran en elevar la recaudación a través de los grandes contribuyentes, como ocurrirá con la desaparición del régimen de consolidación o el impuesto a las ganancias en bolsa.
El subsecretario de Ingresos apuntó que se adicionaron tres renglones a la tarifa del ISR para personas físicas, las cuales pagarán 32 por ciento a partir de ingresos anuales de 750 mil pesos, 34 por ciento a partir de un millón de pesos y 35 por ciento a partir de tres millones de pesos, ingresos por arriba de lo que se consideraría clase media.
Por último, dijo que ni la Secretaría de Hacienda ni los analistas del sector privado anticipan que la reforma fiscal vaya a tener un efecto significativo sobre la inflación, ya que incluso el Banco de México no modificó su pronóstico inflacionario para el año próximo tras la aprobación de este cambio estructural.