La reforma energética presentada al congreso por el presidente Enrique Peña Nieto y aprobada por ambas cámaras, debe verse en el contexto de un gobierno que comienza con visión de futuro y que sabe que es el momento de revolucionar al país modificando prácticas y dogmas enraizados en los mexicanos desde la expropiación petrolera.

El proceso de expropiación donde todos los mexicanos cooperaron con el presidente Cárdenas de acuerdo con sus posibilidades, para pagar la deuda con las empresas petroleras significó un acto colectivo que unificó a la conciencia ciudadana y fortaleció la identidad nacional. Obviamente cualquier intento de cambio en la materia, generó resistencias, cuyas banderas, han resultado altamente rentables, política y electoralmente.

 

Petróleos Mexicanos, no se privatiza, no se vende, ni desaparece, se reforma y moderniza para transformarse en una empresa de los mexicanos, altamente competitiva. Se actualiza de acuerdo al contexto internacional, en el que marchamos hasta hoy en los últimos lugares.

 

Enrique Peña Nieto con visión de estadista, más allá de la conveniencia político electoral personal y de partido y con el apoyo del poder legislativo, logra consensos de factores y actores en la búsqueda de lo mejor para México.

 

En las leyes secundarias se establecerán los candados y mecanismos jurídicos que fortalecerán la rectoría del Estado. Se enfatiza, que la reforma energética retoma el pensamiento original del Presidente Lázaro Cárdenas, respecto al artículo 27 Constitucional, donde los particulares participan en la industria petrolera sin comprometer la propiedad y rectoría del Estado sobre la energía.

 

En la reforma energética se ha evaluado la eficiencia y rentabilidad de todos los procesos petroleros y energéticos del país; desde la exploración extracción y explotación, transformación; hasta la distribución y comercialización. Se ha planteado una moderna y revolucionaria manera de aprovechar la energía de México, de realizar una selectiva proyección de inversión en los negocios más rentables.

 

La reforma habrá de propiciar el mayor consumo de gas en la producción de electricidad, que nos permita abaratar las tarifas. También reestructura mecanismos de transparencia que garantizarán la honesta administración de los recursos. Pero, lo más importante, que los ciudadanos tengan elementos de juicio para dar seguimiento a la gestión del gobierno actual.

 

Este proceso de reformas, ha sido el resultado del consenso alcanzado entre las diversas fuerzas políticas del país, que constituyen un referente político ejemplar, ante la opinión pública nacional e internacional, del que debemos sentirnos orgullosos.

 

 

* Secretario Técnico del Consejo Político Nacional del Partido Revolucionario Institucional

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