LA HABANA. La venta minorista de vehículos nuevos y usados, cuya comercialización estuvo limitada y sujeta a permisos estatales durante décadas en Cuba, arrancó hoy en la isla en medio del malestar ocasionado a causa de los astronómicos fijados por el gobierno para los automóviles.

 

La medida, anunciada el pasado 19 de diciembre, autoriza la libre venta minorista de automóviles importados a “precios de mercado”, y quienes puedan pagar su costo ya no necesitan ningún permiso especial.

 

Sin embargo, el sueño de muchos cubanos de tener un coche nuevo será una pesadilla ya que, por ejemplo, un vehículo familiar Peugeot 4088 salió a la venta en 262 mil dólares (3 millones 432 mil 200 pesos) en la empresa estatal que lo comercializa.

 

En la agencia Peugeot, su coche más barato de 2013, el 206, se vende a 91 mil dólares (1.193 pesos), de acuerdo con un listado.

 

También los autos usados registran precios exorbitantes como un Hyundai Sonata de 2010 en 60 mil dólares, un Volkswagen Passat de 2010 en 67 mil 500 dólares o un auto chino Geely modelo MK 2010 por 26 mil 550 dólares.

 

En una resolución publicada en la Gaceta oficial, las autoridades cubanas alegaron que los fondos recaudados con la ventas de estos automotores aportarán recursos para mejorar el destartalado transporte público.

 

Los precios dados a conocer en listados en las comercializadoras provocaron expresiones de indignación entre quienes dijeron que jamás podrían reunir esas cantidades para comprar un auto.

 

El salario promedio de un cubano de a pie no rebasa los 20 CUC (pesos convertibles, equivalentes al dólar) mensuales.

 

Después del triunfo de la Revolución en 1959, el gobierno de Fidel Castro abolió el mercado libre automotor y algunos vehículos de manufactura soviética eran vendidos como estímulo a médicos y deportistas, entre otros.

 

En 2011, el gobierno de Raúl Castro liberó la compraventa de automóviles usados entre cubanos, pero esa primera apertura no eliminó el requisito de la “carta de autorización” para su compra.