Luego de que un grupo de elementos del cuerpo de granaderos bloqueó el avance de la marcha anarquista rumbo al Zócalo, frente al Hotel Hilton, en las inmediaciones de la Alameda Central, sobre avenida Juárez, el contingente de jóvenes se dirigió al Monumento a la Revolución, tras hora y media de bloqueo.

 

A poco más de dos horas de haber salido del Ángel de la Independencia los jóvenes dieron por terminada la movilización con un llamado para un foro informativo el viernes en el Auditorio Ernesto “Che” Guevara, ubicado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

Sin embargo algunos decidieron movilizarse a la estación Revolución del Metro para liberar los torniquetes en protesta contra el alza de dos pesos a la tarifa de este servicio de transporte. Durante el trayecto los manifestantes realizaron pintas en cristales con plumones.

 

En dicha estación realizaron pintas con plumones e instaron a los usuarios del Metro a que no pagaran el pasaje, mientas el único policía que estaba en la estación se limitaba a observarlos.

 

Al llegar la Plaza de la República los jóvenes que marcharon por la liberación de los detenidos el pasado 2 de octubre gritaron consignas de apoyo a los pocos maestros de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) que se mantienen en plantón y con quienes marcharán el próximo 17 de enero.

 

Durante el desplazamiento del Ángel de la Independencia a Avenida Juárez y de ahí al Monumento a la Revolución no se registraron mayores incidentes más allá de una breve persecusión.

 

“No que no, sí que sí, nos volvimos a salir”, gritaron los jóvenes en referencia a que libraron el cerco que montaron los más de 300 granaderos que fueron desplegados para realizar marcaje personal al contingente.

 

Al menos 350 elementos de la Secretaria y Seguridad Pública del DF  fueron asignados para custodiar la marcha de los anarquistas quienes comenzaron a deslazarse de la Columna del Ángel de la Independencia con rumbo al Zócalo capitalino.

 

Ante el bloqueo, los jóvenes argumentaron el derecho a la libertad de expresión y libre tránsito: ” Si no nos dejan pasar, los medios están de testigos que violan nuestros derechos”, aseguraron.

 

Afirmaron que marchaban pedir la libertad de los compañeros presos además de acusaron una criminalización de los jóvenes.

 

Dentro de los asistentes se encontraba María de Lourdes Mejía Aguilar, madre de Carlos Sinuhé, activista asesinado en octubre de 2011.

 

Avanzan encapsulados

 

Unos 80 jóvenes se concentraron en las inmediaciones del Ángel de la Independencia para realizar una marcha con destino al Zócalo capitalino en demanda de la libertad de los presos políticos. El avance de la movilización citada para las 16:00 horas se inició una hora tarde.

 

Los uniformados encapsularon al grupo de 50 personas quienes caminaban por el cruce entre avenida Insurgentes y Reforma, y se advirtió que les impedirían el paso sobre la calle de Rosales, sin embargo esto ocurrió hasta avenida Juárez.

 

Desde ayer la Secretaría de Seguridad Pública del DF anunció que no dejarían que la movilización llegara al Zócalo.

 

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Foto: Itzel Reyes

 

Alrededor de las 17:00 horas, los integrantes de varios colectivos dieron inicio a la marcha cerrando los carriles de Paseo de la Reforma con dirección al Centro.

 

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Foto: Jonathan Nácar

 

Además un fuerte dispositivo de personal de seguridad del Distrito Federal, también se advirtió la presencia de visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y de Protección Civil.

 

Los jóvenes avanzaron en cadena, agarrados de la mano sin que se registraran incidentes graves.

 

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Foto: Itzel Reyes

 

Desde ayer, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF), preveía la marcha para esta tarde, a las 16:00 horas, convocada por familiares y amigos de Mario González, una de las personas que aún siguen presas tras haber sido detenida en las marchas del pasado 2 de octubre.

 

Los familiares y abogados de González reportaron que la salud de Mario está deteriorada tras la huelga de hambre que realizó en octubre como medida de presión para acelerar su liberación.