Vayan ustedes a saber si Marcelo Ebrard sería mejor dirigente del PRD que Carlos Navarrete o Carlos Sotelo, pero de lo que no nos cabe duda –al menos por lo que se refiere a cuestiones de empatía, simpatía y personalidad- es que Navarrete es mejor candidato que Ebrard.
De ello precisamente presumió ayer el ex senador durante una gira por su tierra, Guanajuato:
"Creo que soy mejor candidato que Marcelo (Ebrard) y (Carlos) Sotelo para dirigir al PRD…”, diría de entrada. ¿Y por qué?
Pues porque "yo creo que tengo condiciones por mi carácter, por mi estilo de hacer política para sumar y no para dividir; para convocar al trabajo y no para correr a nadie (rayón directito para Ebrard). Soy constructor innato de acuerdos, creo en las virtudes de la política y en la buena fe".
Eso, en voz del propio Navarrete, por lo que toca a sus cualidades personales (aunque no se trate de un concurso de simpatía). Pero además añadiría que él no anda buscando ningún cargo posterior a la presidencia (del partido), ni pretende utilizar el cargo como trampolín.
En cambio, como bien sabemos, Ebrard sí busca la dirigencia perredista para alcanzar la candidatura presidencial rumbo al 2018 y no precisamente por el gusto o el interés en dirigir al sol azteca como tal.
La pregunta, empero, es: ¿Eso lo hace un mal candidato?
Sotelo, por más talentoso que es en lo personal, no parece tener gran fuerza dentro del partido.
Y a Navarrete, el pertenecer a la corriente de los Chuchos –con todo lo que ello conlleva en materia de desgaste, continuismo y de señalamientos de entreguismo al gobierno de Enrique Peña Nieto-, ¿lo convierte en un buen candidato?
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QUE SE TRATA DE SEGUIR CELULARES, NO A PERSONAS.- Margarita Luna Ramos defendía su proyecto a favor de la Ley de Geolocalización: “¡No se está refiriendo a sujetos, sino a la localización de aparatos…!”,-sostenía enfática, para luego arrancar una sonrisa de sus compañeros:
“Con el argumento de la Comisión Nacional de Derechos Humanos –organismo que promovió la acción de inconstitucionalidad-- ¡todas las cámaras de la ciudad serían igualmente invasivas!”.
Sus colegas José Ramón Cossío y Sergio Valls no quedarían convencidos con la intromisión en la vida privada de las personas: “Es una forma de vigilancia en la que puede obtenerse información de una persona”, diría Valls y por tanto debe haber controles judiciales.
Pero sí a los ministros Alberto Pérez Dayán, a Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y a Jorge Pardo, quienes adujeron que no se trataba de un seguimiento a personas sino de seguimiento a equipos y de precisar el lugar de una llamada. Por tanto no requiere control judicial.
Así que en cuanto termine la votación el próximo lunes –aunque ya los votos son insuficientes para decretar la acción de inconstitucionalidad- los ministerios públicos podrán solicitar a las empresas telefónicas “por simple oficio o medios electrónicos” –y sin la intervención de un juez-, la localización geográfica en tiempo real de teléfonos celulares involucrados en la investigación de delitos graves.
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ESOS DENTISTAS LEGISLATIVOS…- El ex canciller José Ángel Gurría no pierde el buen humor. Sigue arrancando carcajadas con sus imitaciones de algunos personajes políticos y las declaraciones que luego suelta.
Así fue en la Reunión de Embajadores y Cónsules que se realiza en la cancillería, donde a propósito de las leyes secundarias de las llamadas Reformas estructurales que recién se aprobaron pidió que no le fueran a “quitar las muelas” o “los dientes” a los cambios constitucionales, pues no faltan aquellos que luego les da por convertirse en “dentistas legislativos”.
El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) calculó unos 36 meses –es decir, tres años-, para que las reformas tengan “plenamente su efecto”.
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GEMAS: Regalito del senador del PAN, Ernesto Cordero: “Qué bueno que el gobierno federal se está arrepintiendo y ya está parchando su reforma fiscal”.