Mientras escribo no hay nada más placentero que tomar una taza caliente de té entre mis manos y en cada sorbo percibir las propiedades aromáticas de mi brebaje. Sin duda, para muchos el preparar un buen té, es solo cuestión de poner a hervir agua y servirla en una taza con una bolsita de té. Pero si de verdad quieres beber un té perfecto, hay que trabajar un poco más.

 

De entrada, cualquier apasionado del té, te dirá que es preferible tomar un té suelto, que un té en bolsita. En ocasiones, al menos de que se invierta en tés más finos, estas bolsas contienen tés de menor calidad y están elaborados con pedazos más pequeños de hojas de té o polvo, lo cual hace que se infusione más rápido. En cuestión de sabor no tienen la gama aromática, ni sutileza, ni cuerpo que ofrece un té suelto.

 

Me gusta comparar un buen té con el vino. Al igual que cuando se toma un buen vino, el té, requiere de todo un proceso y cuidado en su elaboración, además de que el resultado final tendrá sabores y características distintivas de la planta y el proceso. Los tés sueltos de buena calidad son pizcados a mano para cuidar el tamaño de la hoja. Dependiendo de la época del año y condiciones de crecimiento de la planta, variará el sabor y la calidad. Además, el té suelto normalmente, dependiendo del tipo, podrá reinfusionarse una o dos veces más, mientras que el té de bolsita, normalmente no tiene mucho sabor después de la primera infusión.

 

Es importante que cuando vayamos a preparar cualquier té suelto, utilicemos un cucharadita de té por cada taza de agua. Para preparar un buen té, lo más importante además del ingrediente, es el agua, ya que si esta tiene mucho cloro o aromas fuertes, podrá distorsionar el brebaje final.

 

No todos los tés se preparan con agua hirviendo. Dependiendo del tipo de té, este puede quemarse si se le agrega agua hirviendo. Adicionalmente no sólo es importante la temperatura, sino también cuanto tiempo dejamos infusionarlo. Nunca es recomendable dejar, ya sea el te suelto, o la bolsita indefinidamente dentro del agua.

 

¿Pero cuáles son los tiempos y temperaturas para preparar el té perfecto?

 

En general los tés blancos, deben infusionarse de 2 a 3 minutos con agua que varia entre los 70-82 grados centígrados (158-180 Fahrenheit).

 

El té verde y amarillo se infusiona de 2 a 3 minutos. Es importante saber que este tipo de té se amarga inmediatamente si le agregas agua muy caliente por lo que la temperatura ideal debería oscilar entre los 70-82 grados centígrados (158-180 grados Fahrenheit). El té verde aromatizado requiere una temperatura más alta de 88-100 grados centígrados (190-212 Fahrenheit).

 

El té oolong según expertos puede aguantar el agua hirviendo, aunque depende si es más ligero (menos temperatura y tiempo) o más fuerte (más temperatura y tiempo). Se recomienda infusionarlo entre los 88-93 grados centígrados (190-200 Fahrenheit) de 3 a 7 minutos.

 

El té negro, se recomienda infusionar a 88-91 grados centígrados (190-200 Fahrenheit) de 3 a 5 minutos.

 

Las Tisanas (tés herbales como de hierbabuena y manzanilla) deben prepararse con agua a 100 grados centígrados (212 grados Fahrenheit) y los tiempos de infusión variarán en gran medida dependiendo de la planta.

 

Lo que siempre recomiendo es comprar té en una tienda especializada y pedirle al vendedor que nos anote en la bolsa las temperaturas del agua para la infusión, así como el tiempo en que se debe infusionar.

 

Para obtener la temperatura perfecta se puede utilizar un termómetro. También hay teteras que en su exterior tienen un pequeño termómetro integrado que te permite ver la temperatura del agua. En mi caso lo que yo uso y recomiendo es comprar una tetera eléctrica que trae integrada las distintas temperaturas para los distintos tipos de té. Es mucho más fácil y consistente preparar una buena taza de té con este equipo.

 

Sin embargo si no tienes ninguno de estos aditamentos, lo que se puede hacer es utilizar un antiguo método tradicional chino, que asimila los tamaños de las burbujas a la temperatura del agua. Según los chinos, las burbujas hierven en 5 distintas etapas: ojos de camarón, ojos de cangrejo, ojos de pescado, collar de perlas y torrente enardecida.  Las burbujas de ojo de camarón son las primeras burbujas que se empiezan a formar en la parte inferior del contenedor conforme empieza a hervir el agua, y normalmente la temperatura está entre 68 y 78 grados centígrados (155 y 174 Fahrenheit). Después aparecen las burbujas de ojo de cangrejo, que son más grandes (aproximadamente de 3 mm) y empiezan a producir listones de vapor en la parte de arriba del agua, indicando que el agua está a 80 grados centígrados(175 Fahrenheit), temperatura ideal para tés verdes y blancos delicados. Después los ojos de pescado, se ven más grandes, tienen más vapor y además se escuchará un pequeño sonido, ya que las burbujas empiezan a subir a la parte de arriba del agua. Estas burbujas indican que el agua está a 85 grados centígrados (185 Fahrenheit). Las burbujas collar de perlas, forman una línea constante de perlas conforme empiezan a flotar a la parte superior del agua. Estas burbujas indican que el agua está entre 90 y 96 grados centígrados (195 y 205 Fahrenheit) ideal para tés negros y oolong. Finalmente, la torrente enardecida indica que el agua ha hervido y que alcanzó 100 grados centígrados (212 Fahrenheit) ideal para mate, infusiones y rooibos.

 

Es importante notar que con la altura de la Ciudad de México el agua no estará tan caliente, sin embargo, si podemos controlar las temperaturas dentro de los rangos, el té sabrá mejor.

 

Espero no haberte mareado esta semana con tantas temperaturas, pero considero que es importante que si vamos a disfrutar de una buena taza de té, lo hagamos preparándolo como se debe. Espero que tengas un fabuloso día y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!