La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por su sigla en inglés) consideró hoy que Haití aún vive una situación de crisis humanitaria dos años después del terremoto que causó centenares de miles de muertes y el desplazamiento de 1,5 millones de personas.
El organismo afirmó, en un comunicado, que la situación de precariedad se produce debido a que más de 500 mil personas permanecen en campamentos improvisados en las calles, a la epidemia de cólera que causó 7 mil muertes y a la inseguridad alimentaria que afecta al 45 por ciento de la población de 10 millones de habitantes.
OCHA consideró que se ha comprobado un deterioro en la calidad del agua que reciben los ocupantes de los campamentos, que coincide con el final de la distribución gratuita del líquido a través de camiones cisterna.
“Alrededor de 47 por ciento de las pruebas de agua realizadas en los campamentos son de mala calidad, en comparación con el 29 por ciento detectado a principios de diciembre pasado”, precisó el organismo al informar, además, que solo el 55 por ciento de los refugiados recibe agua tratada con cloro.
En ese sentido, aseguró que el Fondo Central de Respuesta a Emergencias (CERF, por su sigla en inglés) de la ONU, dispuso de ocho millones de dólares para impulsar las “deficientes” actividades humanitarias en Haití.
Sin embargo, la organización destacó que el Gobierno haitiano inició el proceso de reubicación de 20 mil de los refugiados que ocupan los jardines de Champ de Mars, en Puerto Príncipe, a través de un soporte de 20 millones de dólares del Gobierno canadiense.
La iniciativa prevé para 2013 la completa rehabilitación del lugar ubicado frente al Palacio Nacional de Haití, además de que permitirá a muchos refugiados, la mayoría mujeres, de retornar a sus lugares de origen con un oficio aprendido en los campamentos, y creará, asimismo, 2.000 puestos de trabajo relacionados con la construcción.
La organización también destacó que el Departamento de Defensa de los Estados Unidos aportó 30 millones de dólares para la construcción de centros de operaciones de emergencia y nueve almacenes, ocho escuelas y ocho centros comunitarios, seis clínicas médicas y catorce estaciones de bomberos.
Otro de los puntos destacables por OCHA en la reconstrucción de Haití fue el adiestramiento de 50 jóvenes residentes en el campo de refugiados Jean Marie Vicente, que completaron una formación técnica en el mantenimiento y reparación de teléfonos celulares financiado por la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah).
“Este programa apunta a reducir la violencia en los campos de desplazados a través de la formación profesional de los jóvenes y apoyo a las actividades generadoras de ingresos”, explicó el organismo. (EFE)