En 65 minutos el presidente Obama confirmó que los discursos del Estado de la Nación tienen como único objetivo relanzar la marca del “Sueño Americano”.

 

Bajo una atmósfera con más aplausos que palabras, la emotiva presencia del sargento Corey Rambsberg, herido por una bomba en Afganistán y recuperado del estado de coma que lo mantuvo meses con su vida en vilo, el presidente de Estados Unidos enfatizó que su país retirará el total de sus tropas de Afganistán antes que concluya 2014.

 

El eje central de su discurso fue la economía. Anunció que presentará una serie de propuestas “concretas y prácticas para acelerar el crecimiento económico y fortalecer a la clase media”. Para matizar sobre la economía, Obama arrojó el dardo hacia el empleo. A los legisladores y gobernadores les pidió que lo apoyen para incrementar el salario mínimo a los trabajadores contratados por el Estado federal a los 10.10 dólares la hora (alrededor de 131 pesos), en lugar de ganar 7.25 dólares (94 pesos) como sucede en la actualidad.

 

Pero los republicanos han mostrado su adversidad al incremento del gasto. De ahí que Obama les reiterara su apoyo.

 

La angustia acumulada en el presidente Obama, debido a la frustración de no poder ver aprobadas sus reformas con velocidad, tuvo su momento de fuga: advirtió que Estados Unidos no se queda quieto y yo tampoco. Así que donde y cuando pueda tomar pasos sin legislación para expandir las oportunidades para más familias estadunidenses, eso es lo que haré”. En efecto, las dificultades para ver realidad el programa Obamacare, lo han desgastado.

 

Otro de los temas económicos que mencionó Obama fue el ahorro. Anunció que hoy pedirá al Departamento del Tesoro que ponga en marcha un nuevo bono para ayudar a los estadunidenses a ahorrar para la jubilación.

Obama aseguró que ese nuevo vehículo de ahorro, que se llamará MyRA, y garantizará una rentabilidad digna sin riesgo de perder las aportaciones que se realicen.

 

Obama no podía dejar de mencionar los nombres de las empresas hoy emblemáticas, las tecnológicas como Google, Apple, Microsoft y Verizon. No olvidó mencionar a Ford, como símbolo del crecimiento industrial automotriz durante los últimos años. Fue aquí donde vinculó a la tecnología con la educación. Gracias a las empresas tecnológicas más de 15 mil escuelas se encuentran interconectadas.

 

Sobre el tema migratorio, el presidente había generado las expectativas suficientes para que le dedicara suficientes minutos. No fue así. Sí dijo que “es la hora de la reforma”, con el mismo ímpetu del año pasado; también desarrolló el típico storytelling en el que presentó a Steven Rodríguez (estaba presente entre los invitados), quien llegó a Nueva York a los nueva años en compañía de su madre maquiladora. Este año, dijo Obama, Rodríguez se incorporará como a trabajar como asistente en la Universidad de Nueva York.

 

Sobre la geopolítica diplomática y militar, Obama repasó, como traductor de un GPS, zona a zona del planeta. A Rusia y a China les dio un rozón. “Si John F. Kennedy y Ronald Reagan pudieron negociar con la Unión Soviética, hoy, más debilitada Rusia, nosotros también podemos negociar con ese país”.

 

Sobre China, Obama le quitó el efecto mágico de un país atractivo para invertir. “Estados Unidos es el país que recibe más inversión de todo el mundo”, dijo Obama emocionado y premiado por varios segundos de aplausos.

 

A Latinoamérica la mencionó solo en una ocasión, y lo hizo bajo un contexto de comercio. No más.

 

Irán era la medalla de oro de Obama. El exitoso plan para reducir el enriquecimiento de uranio podrá introducir al país al concierto internacional. De Siria recordó que apoyarán a la coalición en cuya agenda no incluya el tema de terrorismo. De Ucrania (el día en que dimitió el primer ministro), Obama dijo que defiende y apoya la libertad de expresión de sus ciudadanos, en clara referencia a los opositores que durante semanas se manifestaron en las plazas de Kiev.

 

En efecto, los discursos del Estado de la Nación se convierten en un acto litúrgico donde la religión es Estados Unidos como la máxima de las potencias.

 

Si Obama hubiera protagonizado este discurso hace cuatro años sus índices de credibilidad alcanzarían números elevados. Pero no es así. Al espionaje no le dedicó una sola palabra. Domésticamente era lo correcto. Pero como líder mundial, era necesario.

 

Obama ya habla en español en YouTube

 

WASHINGTON. Por primera ocasión, el discurso del Estado de la Unión del presidente Barack Obama fue transmitido en español, a través de subtítulos, en la plataforma de Youtube.

La Casa Blanca también colocó en Facebook el perfil oficial del Presidente en español. Lo anterior forma una estrategia para impulsar la reforma migratoria.

A través de un comunicado, la directora para medios hispanos de la Casa Blanca, Katherine Vargas, animó a los ciudadanos a utilizar las nuevas plataformas y las redes sociales para conectarse con los funcionarios del gobierno a los que quieran transmitir sus inquietudes.

"Participe en la discusión usando el hashtag #InsideSOTU. También podrá seguir la información en el blog de la Casa Blanca cuando los funcionarios de la Casa Blanca se hagan cargo de la cuenta de Instagram", explicó Vargas.

El objetivo del presidente y de su Gobierno, agrega, es el de "expandir horizontes a la hora de conectar con la comunidad hispana" en la era digital, creando la mayor participación posible.

La página de Facebook bilingüe se une así al sitio web oficial en español whitehouse.gov/espanol, la sección hispana en whitehouse.gov/Hispanic y el área de inmigración en whitehouse.gov/immigration.

En Twitter, la Administración Obama también se acerca a la población hispanohablante a través de las cuentas @LaCasaBlanca y las actualizaciones bilingües de Cecilia Muñoz, directora del Consejo de Políticas Nacionales (@Cecilia44) y la propia Vargas (@Vargas44).

Obama pronunció su quinto discurso del Estado de la Unión desde que llegara a la Casa Blanca en 2009, en medio de uno de los momentos más complicados de su presidencia, con los menores índices de popularidad y el bloqueo de gran parte de su agenda política debido a la polarización que vive el Congreso. EFE

 

 

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