La terrible noticia sobre el fallecimiento del actor ganador del Oscar, Philip Seymour Hoffman, a causa de una sobredosis del 79% en consumo de heroína, ha generado que el tema se traslade de los espectáculos, al gobierno; pues dejó al descubierto el terrible problema en el que se ha convertido para la salud pública de los Estados Unidos, el consumo de sustancias nocivas para la salud.
En un estudio realizado en ese país en 2010, se descubrió que además de las adicciones, el traspaso de otras enfermedades por medio de jeringas compartidas para inyectarse drogas, es hasta de un 33 %, una cifra muy considerable, informó Huffington Post.
La estadística también arrojó que el abuso de este tipo de sustancias en 2012, arrojó a un importante número de consumidores de heroína mayores de 12 años: aumentó de 373 mil a 669 mil.
Así que, terrible que personas públicas pierdan la vida por causas de este tipo pero, mucho más terrible es que los niños tengan acceso a estas sustancias y que incluso se sientan identificados haciendo lo que sus ídolos hacen, por lo que también pierdan la vida en el camino.
Por su parte, la Policía rastrea el origen de la heroína que supuestamente acabó con su vida, tras encontrar cerca de 50 dosis de la droga en su apartamento.
Los investigadores también encontraron más de 20 jeringuillas usadas y sin usar, medicamentos que se expiden con receta y bolsas vacías que aparentemente contenían dosis de heroína. Según el diario New York Post, la Policía tratará de dar con el traficante que vendió la droga a Hoffman.