“¿Por qué lloras?” le preguntó un reportero de televisión a la niña que llevaba un lazo rosado a la cabeza.

 

“Porque a la gente de mi escuela no les gusta mis trenzas”, sollozó la pequeña de 7 años de edad. “Yo creo que ellos me deberían dejar tener mis trenzas”.

 

Con esas palabras, la pequeña Tiana Parker de Tulsa, Oklahoma, se encontró en medio de un intenso y antiguo debate sobre el derecho de los negros a expresar su cultura mediante sus estilos de peinado.

 

El incidente no fue el primero ocurrido en la Escuela Comunitaria Deborah Brown, cuyo cuerpo estudiantil es mayormente negro. Hace unos meses la escuela se disculpó y derogó una norma que prohibía los afros, trenzas o greñas, por considerarlos inaceptables y potencialmente nocivos a la salud.

 

Unas semanas antes, otra escuela, la Academia de Ciencias Horizon en Lorain, Ohio, propuso prohibir “los peinados al estilo afro y las trenzas”, pero rápidamente se disculpó y se retractó.

 

En la Universidad Hampton en Hampton, Virginia, que es de mayoría negra, el director de la Facultad de Administración ha defendido y ha dejado sin variar una prohibición impuesta hace 12 años de trenzas o greñas para estudiantes hombres que participan en un seminario de liderazgo, afirmando que esos estilos comprenden una apariencia poco profesional.

 

El padre de Tiana, Terrance Parker, dice que tanto él como su esposa decidieron no cambiarle el peinado a la niña sino que la trasladaron a otro colegio, donde ella habla y hasta canta sobre su estilo de cabello.

 

“Creo que ella todavía está resentida por lo ocurrido, pero lo que yo le enseño a mis hijos es que no importa lo que otros opinen, uno tiene que aceptarse, uno tiene que estar bien consigo mismo y como Dios lo hizo”, comentó el padre.

 

Tiana añadió: “Mi nuevo colegio me gusta más”. En cuanto a los miles de correos electrónicos y llamadas telefónicas de apoyo recibidas, dice que la hacen sentir “que hay gente que se preocupa por mí”.

 

Deborah Brown, la fundadora de la escuela, no devolvió llamadas de AP pidiéndole comentarios. Jayson Bendik, decano del cuerpo estudiantil en Horizon, dijo en un mensaje electrónico que “la frase que escogimos fue una equivocación”.

 

En la ciudad de Nueva York, el hijo del candidato para alcalde Bill de Blasio va a una escuela donde no hay restricciones a los peinados. Dante de Blasio, de 16 años, usa un enorme afro que lo ha hecho popular en la campaña.

 

No hay un ente central que regule las normas educativas sobre peluquería, ni sondeos amplios que indiquen cuál es la opinión pública al respecto. Aun así, las mujeres de tez oscura y varios expertos en estética opinan que ese tipo de controversias son comunes.

 

“Las niñas negras constantemente reciben mensajes de que no son tan buenas, no son tan bonitas, que el color de su piel es demasiado oscuro, que su cabello no es tan largo, que no son tan bonitas como las rubias”, expresó Beverly Bond, del grupo de apoyo “Black Girls Rock” en Nueva York.

 

“Las prohibiciones sobre nuestro cabello o sobre cualquier aspecto de nuestra raza, es un enorme paso atrás”, expresó Bond.

 

Bond fundó la organización como respuesta al episodio en 2007 en el que el locutor de radio Don Imus insultó a un equipo de basquetbol femenino integrado mayormente por mujeres negras. Imus luego se disculpó.

 

En Chicago, Leila Noelliste ha estado escribiendo un blog sobre los estilos de cabello de los negros, Blackgirllonghair.com. Ha estado muy pendiente del caso de las prohibiciones en las escuelas.

 

Noelliste, una madre de 28 años de edad que se deja el cabello al natural, al igual que sus dos hijas, admitió que es un tema delicado para los afroamericanos y otros grupos étnicos.

 

“Mi pelo crece así, es natural, pero alguna gente negra no lo acepta, porque culturalmente se nos ha inculcado que para ser aceptados, para que los demás se sientan cómodos con nuestra apariencia, tenemos que tener el pelo liso”, comentó Noelliste. “Así que, ya sea en la comunidad negra o afuera de la comunidad negra, somos algo extraño. Es algo que suscita muchas reacciones”.

 

Añadió que “a lo largo de la historia, tener cabello natural ha sido visto como algo sucio, harapiento, descuidado. Los negros mayores de edad tienen esa idea antigua de que para avanzar tenemos que trabajar el doble de los blancos y tener una mejor apariencia, pero mi generación dice ‘eso no es justo, tenemos derecho a ser como somos y a que se nos considere de acuerdo con nuestro mérito, nuestro esfuerzo”’.

 

Ryan Kiesel, director de la oficina en Oklahoma de la Asociación Nacional para la Defensa de los Derechos Civiles (conocido por sus siglas en inglés ACLU), dice que las decisiones judiciales en torno a uniformes escolares han sido muy claras.

 

“Durante décadas, la Corte Suprema ha dictaminado que la vestimenta y el peinado son parte de la expresión del alumno, y sólo se pueden limitar si se encuentran razones de que presentan una amenaza inmediata al ambiente académico”, dijo Kiesel. “Eso no es lo que ocurrió aquí y no es lo que ocurre en la mayoría de los casos”.

 

Denene Millner, de Atlanta, creó el blog Mybrownbaby.com para compartir las experiencias de madres afroamericanas. También ha estado siguiendo las controversias escolares. Ella dejó su papel al natural hace 14 años, pensando en sus hijos, que ahora tienen 14 y 11 años.

 

“Yo no quiero que crezcan con la misma idea que yo tenía cuando era pequeña, de que había algo mal con la forma en que me crecía el cabello”, comentó Millner, de 45 años. “Es un tema que ha sido controversial por mucho, mucho tiempo. Hay una gran cantidad de estereotipos asociados con ese estilo que no necesariamente son verdad: que uno tiene cierta tendencia política, que uno es fanático de las cosas africanas, que uno es vegetariano, que uno es un rebelde”.

 

“Me rompió el corazón ver cómo Tiana lloraba por lo que dijeron personas adultas, personas de raza negra, personas que no sólo deberían educarla sino también enseñarle a aceptarse a sí misma”, añadió.