ARIZONA. Un ciudadano mexicano fue sentenciado el lunes a 30 años de cárcel por el asesinato en 2010 de un agente de la Patrulla Fronteriza, cuya muerte reveló una fallida investigación sobre contrabando de armas conocida como “Operación Rápido y Furioso”.
Manuel Osorio Arellanes, originario de El Fuerte, en el estado de Sinaloa, fue sentenciado el lunes después de declararse inocente por el homicidio del agente Brian Terry, ocurrido el 14 de diciembre de 2010 cerca de la frontera entre Arizona y México. Osorio es el único acusado por el homicidio.
El juez federal David C. Bury anunció la sentencia después de que la madre de Terry relató entre lágrimas el dolor de haber perdido a su hijo.
“Brian es mi héroe”, dijo Brian Josephine Terry. “Fue un estadounidense ejemplar. Siempre decía ‘este es el mejor país del mundo, mamá”’.
Bury le preguntó a Osorio si deseaba hablar, pero en un principio se negó a través de su abogado Clay Hernández. Este dijo que el acusado no tenía la educación apropiada para hablar y se sentía muy nervioso.
Animado por el juez, Osorio finalmente se disculpó varias veces en español y reiteró que él también resultó herido en la balacera.
El fiscal Todd Robinson dijo al respecto: “Hay una víctima y sólo una víctima.Y es Brian Terry”.
El tiroteo en el que murió Terry ocurrió al norte de la ciudad de Nogales, cuando Osorio otros cuatro mexicanos que están acusados de infiltrarse a Estados Unidos para robar a traficantes de marihuana, se acercaron a Terryy otros tres agentes que indagaban esas operaciones.
Osorio fue el único arrestado en el lugar, mientras otros cuatro huyeron a México. Dos de ellos ya están bajo custodia mexicana y dos están prófugos.
Osorio dice que él no fue quien disparó contra Terry y los fiscales están de acuerdo en que hay evidencia que apoya esta afirmación. Sin embargo, dicen que aun así es culpable porque formaba parte voluntariamente de la banda.
Dos fusiles comprados por una red de tráfico de armas que estaban siendo vigiladas bajo la “Operación Rápido y Furioso” fueron encontrados en el lugar donde fue asesinado el agente, aunque las autoridades se han negado a decir si el arma que provocó la muerte de Terry estaba vinculada a una adquisición vigilada por “Rápido y Furioso”.
El enfrentamiento a tiros atrajo la atención hacia la operación “Rápido y Furioso”, en la que agentes de la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego permitieron a presuntos traficantes comprar armamento en tiendas de Phoenix con la intención de rastrear su recorrido hasta los líderes de la red.
Los agentes permitieron la compra de 2.000 armas, pero perdieron el rastro de más de 1.400. Algunas de las armas compradas ilegalmente con el conocimiento del gobierno fueron halladas posteriormente en lugares donde se cometieron delitos en México y Estados Unidos.
La operación provocó la renuncia de varios altos funcionarios y que se citara por desacato al secretario de Justicia por negarse a entregar documentos requeridos por el Congreso para una investigación. El fiscal federal asignado a Arizona también renunció a causa de su participación en la operación.