BRUSELAS. Un avión de la compañía Ethiopian Airlines, con 202 pasajeros a bordo y cuyo recorrido programado comprendía un viaje entre Addis Abeba y Roma, fue secuestrado por su copiloto, quien lo condujo hacia el aeropuerto internacional de Ginebra para pedir asilo político las autoridades suizas.

 

Según la prensa local, el responsable del incidente, un etíope de 31 años, solicitó el asilo después de aterrizar por falta de combustible y alegó cometer el hecho para salvar su vida, la cual corría peligro en su país natal.

 

El copiloto de ese vuelo ET-702, aprovechó un momento en el que el piloto salió al baño para encerrarse en la cabina de mandos y tomar el control del aparato, según el relato de los hechos ofrecido por Eric Grandjean, vocero de la policía de Ginebra.

 

Una vez se quedó al mando, se puso en contacto con la torre de control del aeropuerto de Ginebra para pedir permiso para aterrizar en él alegando problemas técnicos; aunque media hora después, él mismo activó la alerta de secuestro, cuando el aparato sobrevolaba el sur de Italia.

 

El avión tocó tierra en la pista cinco del aeropuerto ginebrino rodeado de aviones militares y cuerpos de elite, una operación para la que se desplegaron casi 200 efectivos entre policías, militares y otros agentes.

 

Diez minutos después del aterrizaje, el copiloto salió del avión por una ventana de la cabina ayudado de una cuerda y se dirigió hacia el primer agente de policía que vio, ante el que se identificó como responsable de lo ocurrido y su intención de solicitar asilo en Suiza.

 

Las autoridades confirmaron que ningún pasajero resultó herido y que no tuvieron constancia en ningún momento de su condición de rehenes, sólo supieron que algo raro había ocurrido cuando comprobaron que estaban en Ginebra y no en Roma.

El fiscal de Ginebra que asumirá el caso, Olivier Jornot, dijo que el copiloto no será transferido a su país natal, sino que será juzgado en Suiza, donde podría ser condenado a una pena de hasta 20 años de cárcel por secuestro.

 

Jornod avanzó que existen muy pocas posibilidades de otorgarle el asilo al culpable del suceso, pues cometió un delito muy grave.