A los agentes de Estados Unidos no les cabe duda:

 

-Ismael El Mayo Zambada es el verdadero jefe y Joaquín El Chapo Guzmán es uno de sus subordinados.

 

Refieren un comentario de El Mayo:

 

-Mientras mi compadre Joaquín deje correr su versión de ícono del narcotráfico, de empresario con grandes cuentas en dólares, de hombre de vida social, para mí mejor. Eso me permite no atraer reflectores y andar libre.

 

Aportan otro elemento: el Cártel de Sinaloa habría muerto sin la operación de El Mayo Zambada cuando El Chapo estaba preso.

 

La referencia viene a cuento cuando entre los cercanos de El Chapo hablan de traiciones desde dentro, tal vez de su compadre El Mayo, quien lo habría entregado para distraer y ganar tiempo en la persecución.

 

Las sospechas de familiares y lugartenientes de Joaquín Guzmán van contra Joel Enrique Sandoval, El 19, jefe de seguridad de El Mayo, quien fue detenido el 17 de febrero pero antes entregó el teléfono satelital con el cual fue ubicado El Chapo, primero en Culiacán y luego en Mazatlán.

 

Otra parte de las sospechas es la eventual entrega de El Chapo a cambio de privilegios y sentencias menores para su hijo Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo.

 

El Vicentillo enfrenta un proceso en Estados Unidos y, siempre de acuerdo con la versión, intenta acogerse al sistema de testigos protegidos para evitar la cadena perpetua.

 

A cambio recibiría 15 o 20 años de cárcel.

 

Hoy el juez a cargo de la causa de El Vicentillo en Chicago quiere la extradición de El Chapo con un argumento jurídico: son procesos vinculados.

 

DEL PENAL AL RANCHO DE SU COMPADRE EL MAYO

 

En espera de mayor información, sí es posible reconstruir algunos hechos en los cuales participó Joaquín El Chapo Guzmán.

 

El primero es narrado por un joven de aquel tiempo, estudiante del Tecnológico de Monterrey y amigo de uno de los hijos de Ismael El Mayo Zambada:

 

El muchacho invitó a la celebración de su cumpleaños al rancho de su padre en Mazatlán.

 

La cita fue para el viernes 19 de enero de 2001.

 

Acudieron los muchachos convocados y estaban contentos por la tarde cuando de repente apareció un  helicóptero -con insignias de la Procuraduría General de la República (PGR), dice el testigo- y aterrizó en los jardines.

 

Sorprendidos y, mayoritariamente cerveza en mano, salieron a ver qué sucedía.

 

El hijo de El Mayo Zambada esperó la aparición del primer pasajero y comentó sin sorpresa:

 

-Es un amigo de mi papá.

 

El piloto apagó el motor, descendió y mostró el aparato a quien quería verlo.

 

Luego preguntó:

 

-¿Se les ofrece algo, muchachos?

 

-No, nada -contestó el anfitrión.

 

-Sí, ¿cómo no? -intervino uno de los estudiantes- nos hace falta cerveza.

 

Solícitos, los dos pilotos fueron por cerveza.

 

Regresaron y se despidieron.

 

Dato histórico: Joaquín El Chapo Guzmán había escapado el viernes 19 de enero de 2001 del llamado Penal de Alta Seguridad de Puente Grande.

 

INVITADO E INVITADOR DE LUJO DE CARNES ASADAS

 

Otra historia también narrada aquí en junio de 2010.

 

Joaquín El Chapo Guzmán tiene preferencia por las carnes asadas y frecuentaba restaurantes especializados.

 

En junio de 2010 los comensales de La Garufa de Torreón comían tranquilamente cuando varias patrullas de la policía municipal tomaron posición afuera del restaurante.

 

Iban de avanzada y no tardaron en aparecer unos jóvenes bien vestidos, con aspecto decente y modales corteses:

 

-Está por llegar una persona muy importante. Le agradecemos que nos preste su celular y usted siga comiendo tranquilamente. No va a pasar nada. Al retirarse el señor le entregaremos todo su equipo.

 

Cumplieron su cometido y apareció El Chapo Guzmán, quien saludó a todos los comensales y les agradeció su generosidad con una oferta:

 

-No se preocupen por la cuenta. Todo está pagado. Pidan lo que quieran.

 

Y sí, hubo quién pidió hasta para llevar.

 

La misma historia fue narrada por otro testigo en La Garufa de Zacatecas.

 

-¿No sintió miedo con El Chapo en una mesa contigua?

 

-No -me contestó el informante-: al contrario, es cuando me he sentido más seguro.

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