WASHINGTON. La jubilación del mítico avión espía U-2 o del mortífero A-10 son daños colaterales para una propuesta presupuestaria del Pentágono que merma levemente los gastos en armamento y no afectará significativamente los ingresos de los grandes contratistas privados de defensa en EU.

 

El presupuesto de 496 mil millones de dólares para el año 2015 solicitado este lunes por el Pentágono apenas modifica el nivel de gasto comparándose con este año y rebaja solo levemente los multimillonarios contratos con la industria de defensa.

 

El mayor golpe se lo llevarán los 70 mil soldados, 8 mil marines, y 20 mil miembros de la Guardia Nacional y 10 mil de la reserva que deberán eliminarse en los próximos años para mantener ahorros en un escenario en el que EU renuncia a las costosas guerras de ocupación y se inclina por operaciones puntuales y “quirúrgicas”.

 

A pesar de que en los últimos años los recortes de personal han afectado también a empresas de defensa, éstas siguen mejorando beneficios y sus “megaproyectos” alimentan una industria de la que dependen directa o indirectamente 3.53 millones de empleos en EU, según estimaciones de la consultora Deloitte.

 

Con los nuevos planes, Northrop Grumman verá aumentado el protagonismo de su “drone” de vigilancia “RQ-4 Global Hawk”, que sustituirá al U-2, mientras que la mayor empresa de defensa del mundo, Lockheed Martin, no sufrirá una profunda modificación en el desarrollo del caza del futuro, el F-35.

 

El proyecto, que lleva unos siete años de retraso y ya ha visto su presupuesto aumentado en 168 mil millones de dólares, seguirá su curso y se espera que el Pentágono pida para el próximo año 34 unidades de este caza, por debajo de las 42 previstas, pero por encima de las 29 de este ejercicio.

 

General Atomics, fabricante de los “drones” utilizados en Pakistán, Yemen y Somalia, seguirá adelante con sus planes de sustituir sus modelos Predator con las últimas versiones del más avanzado Reaper.

 

El mayor interés por la tecnología teledirigida y el miedo a perder ventaja tecnológica frente a China, ha llevado al Pentágono a realizar unos recortes que según las estimaciones no tendrán un impacto tan profundo en la industria militar, que este lunes Hagel dijo que debe protegerse.

 

El apartado de adquisiciones e investigación, donde se enmarcan estos gastos, cayó un 14% en 2013 comparado con el año anterior, hasta los 168 mil millones, mientras que este año mermará un 4%, y se espera que una vez el presupuesto de 2015 pase por el Congreso, donde los grupos de presión tienen influencia, la tendencia siga el mismo camino y la caída no pase del 4%.

 

Hoy, el teniente coronel retirado Ralph Peters dijo en entrevista con el canal conservador Fox News que el plan del Pentágono confía demasiado en que los “drones” puedan solucionar los conflictos del futuro. “Están pensando en una solución tecnológica y limpia para la guerra, y eso es un sueño”, aseguró.