La recaptura de Joaquín El Chapo Guzmán no sólo descabezó a un grupo de traficantes, homicidas o secuestradores, su caída deja vacante, y en posible disputa, el liderazgo de un imperio trasnacional delictivo con conexiones en los cinco continentes, y alianzas con las principales mafias del mundo.

 

El tráfico de drogas del Cártel del Pacífico, se extiende mucho más allá de Estados Unidos y Colombia. La organización transporta, importa y exporta sustancias prohibidas de todo tipo por tierra, mar y aire.

 

Se trata así de un actor central en el negocio mundial del narcotráfico que al año genera, de acuerdo con la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, ganancias superiores a los 320 mil millones de dólares.

 

“Visto el cártel como una trasnacional, México son los “headquarters” de una organización que no es omnipotente, pero ha construido alianzas que le permite traficar droga y lavar dinero que en muchos casos ni siquiera llega al país”, señaló a este diario un funcionario federal.

 

Informes de inteligencia de instituciones nacionales y extranjeras como la PGR, la DEA, Europol, y la ONU, han puesto en evidencia lo que se cree es apenas una parte de los tentáculos globales del cártel.

 

Para que la droga llegue a las mafias italianas, El Chapo construyó una cadena de distribución que no pasa por México, sino que inicia en Colombia,  donde se produce la cocaína que luego es enviada vía marítima a puertos de Sudan o Nigeria.

 

Las ganancias de esta alianza podrían ser millonarias si se toma en cuenta que tan solo en Colombia, se han asegurado más de 300 propiedades en los últimos años ligadas a Guzmán Loera valuadas en más de 250 millones de dólares, y se han descubierto una decena de casas de bolsa que lavan dinero del capo.

 

Otro caso. Para la fabricación de metanfetaminas se necesitan precursores químicos, los cuales son “importados” por “El Chapo” a través de alianzas con mafias en India, Tailandia y China que las transportan vía marítima hasta el continente. Dichos químicos son procesados en narcolaboratorios y vendidos luego como drogas sintéticas a Estados Unidos y Europa.