WASHINGTON. Se detecta que Estados Unidos se encuentra en una fase complementaria a la de la Unión Europea, es decir, haciendo eco de las posturas europeas. Por ejemplo, ayer, el presidente Barack Obama aseguró que Rusia está “del lado equivocado de la historia” en relación al conflicto con Ucrania, y sostuvo que las acciones rusas más recientes en la ex república soviética violan el derecho internacional.

 

Hablando con periodistas en la Oficina Oval de la Casa Blanca, Obama agregó que Estados Unidos está contemplando la adopción de medidas económicas y diplomáticas contra Rusia.

 

El gobernante estadunidense dijo que la mayor parte de la comunidad internacional está de acuerdo en que “los pasos que ha dado Rusia” constituyen “una violación de las leyes internacionales” y de los compromisos que ese país ya había adoptado para respetar la integridad territorial de Ucrania.

 

“Si Rusia continúa en la trayectoria actual, Estados Unidos tomará una serie de medidas económicas y diplomáticas para aislar a Rusia”, aseguró el presidente poco después de que el Departamento de Estado indicara que es muy probable que adopte sanciones económicas si Rusia continúa manteniendo bajo control militar la península de Crimea.

 

Obama, que ha elevado el tono de sus advertencias, dijo que este tipo de medidas tendrán “un impacto negativo para la economía rusa y para su posición en el mundo” y recordó la decisión de suspender las reuniones preparatorias de la cumbre del G8, que se debería celebrar en junio en Sochi (Rusia).

 

El presidente volvió a recordar los vínculos que Rusia tiene con Ucrania y en especial con Crimea y las regiones del este, pero aseguró que eso no puede ser excusa para que Rusia actúe con “impunidad” y despliegue soldados “violando principios básicos que son reconocidos en todo el mundo”.

 

Obama confió en que la tensión pueda aminorar y advirtió de que, si Rusia no detiene su postura intervencionista en Ucrania, “le saldrá caro con el paso del tiempo”.

 

El rumor de que Rusia lanzaba un ultimátum a la tropa de Ucrania establecida en el mar Negro, para que entregara dos barcos, fue desmentido por el Kremlin, sin embargo, el presidente Obama mencionó que no lo hiciera.

Asimismo, propuso al Congreso trabajar conjuntamente para proveer al nuevo Gobierno interino en Kiev de asistencia inmediata, algo que confió pueda realizarse nada más se reanude el trabajo del legislativo y dejando de lado el “partidismo”.

Obama también pidió al presidente ruso, Vladimir Putin, que se avance en la propuesta de mediación internacional para que se consiga un acuerdo “que sea satisfactorio para el pueblo de Ucrania, no para Estados Unidos o Rusia, sino para los ucranianos”.

 

Quien secundó al presidente Obama fue el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano John Boehner, quien instó  al Gobierno de su país a imponer sanciones a Rusia, en respuesta al despliegue armado que ha ejecutado en la península ucrania de Crimea, y calificó a su presidente, Vladimir Putin, de “matón”.

En una entrevista para el diario local The Enquirer, Boehner consideró que en lo tocante a la crisis que atraviesa Ucrania y las maniobras rusas, ya se ha llegado “a ese punto” en el que la Administración del presidente Obama, debe tomar medidas adicionales e imponer sanciones, aunque no especificó cuáles.

 

“Es hora de hacer frente a (Vladimir) Putin”, dijo Boehner, quien calificó al mandatario ruso de “matón”.

 

“¿En qué momento debemos decir que ya es suficiente? Estamos ya en ese punto”, reiteró el republicano.

 

Estados Unidos también  instó a Rusia a aceptar el envío de observadores internacionales de Naciones Unidas o de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) para calmar la situación en Ucrania, donde continúa en ascenso la escala de tensión.

 

Los países miembros del G7 (EU, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia) decidieron suspender este sábado su participación en los preparativos de la cumbre del G8 prevista para junio en Sochi (Rusia), una decisión que para Moscú carece de fundamento y está motivada por consideraciones políticas, de acuerdo con una nota de la cancillería.