Hay una nueva batalla en el mundo de las redes sociales. Mientras que más personas optan por enviar mensajes a través de aplicaciones gratuitas, en lugar de pagar por utilizar los servicios de mensajes de texto estándar (SMS) desde sus smartphones, las valoraciones de estas aplicaciones se han disparado y la competencia por las audiencias globales apenas comienza.

 

El anuncio de la compra de WhatsApp por parte de Facebook, por 19 mil millones de dólares, se produjo cinco días después de que Rakuten, la mayor empresa de comercio electrónico en Japón, adquiriera el servicio de mensajería Viber por 900 millones de dólares. Softbank, la empresa japonesa de telecomunicaciones, busca comprar una participación en el popular servicio de mensajería móvil, Line. Incluso Blackberry podría comprar Pulg con 85 millones de usuarios para reforzar su servicio BBM.

 

Estas grandes adquisiciones en el pasado han sido muy beneficiosas tanto para el comprador como para la empresa adquirida. Youtube se convirtió en la plataforma de video más popular a nivel global, con mil millones de usuarios activos al mes, después de que Google la compró. Instagram también se disparó en preferencias tras ser adquirida por Facebook por mil millones de dólares en 2012.

 

Con todo el dinero sobre la mesa, los servicios de mensajería se enfrentan a la presión de expandirse.

 

Un ejemplo ocurrió a sólo 72 horas del anuncio de la compra de WhatsApp, cuando el servicio de mensajería estadounidense sufrió una baja en sus sistemas y estuvo fuera por casi cinco horas.

 

Ese lapso de tiempo fue aprovechado por otras aplicaciones como Line, con 360 millones de usuarios, para ganar 2 millones de altas en las 24 horas siguientes a la avería de WhatsApp, la mayoría de Europa y Estados Unidos. Por su parte, la rusa Telegram ganó cinco millones y se colocó como la aplicación más descargada en la Appstore de 48 países.

 

En China, ante la búsqueda de alternativas a Facebook Messenger, prohibido desde 2009, los usuarios han apostado por las tecnologías locales como WeChat, propiedad de la compañía de internet Tencent y el servicio de mensajería más popular del gigante asiático con 272 millones de usuarios.

 

Pero algunos creen que es demasiado pronto para predecir cuáles aplicaciones sobrevivirán a la “guerra de la mensajería”.

 

“Todo esto es parte del futuro de internet y en este momento todas estas compañías buscan apropiarse de las tierras con mayor concentración de usuarios”, dijo Glen Allmendinger, presidente de la consultoría de internet estadounidense Harbor Research, durante una entrevista con la revista Bloomberg. “Pero todavía no sabemos qué aplicaciones van a ser los ganadores al final, todo hasta ahora es una gran propuesta”.

 

Hasta hoy un smartphone puede usar al menos 24 aplicaciones diferentes para enviar mensajes. Si bien esto podría significar una sobrecarga para los clientes, los fabricantes de estas aplicaciones ven una oportunidad para terminar con los SMS de las compañías telefónicas y convertirse en los servicios multiplataformas favoritos de las audiencias.