El ex presidente Felipe Calderón se juega el resto de su fuerza.
Ha ganado y perdido, según se vea.
Ganó cuando lo apoyó su mentor Carlos Castillo Peraza para presidir el PAN de 1996 a 1999.
Pero perdió a continuación.
Luis Felipe Bravo Mena venció a su favorito Carlos Medina Plascencia y Calderón quiso imponer a Germán Martínez como secretario general.
-Quieres seguir mandando después de ser presidente. No la amueles, Felipe -lo reconvinieron Bravo Mena y el coordinador de los diputados panistas, Fernando Palma.
Bravo Mena optó por Manuel Espino, pero no desamparó a Martínez a quien, recién desempacado de España con becas pagadas por Rubén Mendoza desde la alcaldía de Tlalnepantla, mandó a estudios políticos del partido.
Calderón se guardó el rencor y se lo cobró tarde y de la peor manera con Espino.
Ya presidente de la República y Espino en el PAN, envió a tres colaboradores suyos quienes, cual pistoleros del oeste, llegaron con una frase imposible de mejorar:
-Te venimos a dar en la madre. Queremos el partido.
Eran Juan Camilo Mouriño, César Nava y Germán Martínez Cázares.
Espino no se intimidó, pero desde el poder, con premios de delegados y altos salarios del erario, el calderonismo compró consejeros y Calderón se apropió del partido.
Ni así se fue Espino.
Se preparaba una manifestación de consejeros en su contra -Margarita Zavala acudió a una sesión del Consejo Nacional con playeras en la cajuela de su camioneta con la leyenda: ¡Fuera Espino!- y la situación se volvió insoportable.
Así llegó Martínez Cázares.
Hoy los dos sobrevivientes juegan con el calderonismo al lado de Ernesto Cordero y su compañero del Yunque, Juan Manuel Oliva.
CORDERO CEDE A OLIVA LAS CARTERAS IMPORTANTES
Pese a las alianzas, la dupla Ernesto Cordero-Juan Manuel Oliva tiene una tarea imposible.
Oliva aceptó ir de segundo bajo el supuesto de no sufrir desgaste: si pierde, la derrota será de Cordero y del calderonismo.
Además, Madero no podrá reelegirse para un tercer periodo y él desde la Cámara preparará su campaña.
Pero gana de momento.
Cordero le concedió llenar la fórmula con cuadros suyos en carteras importantes: la secretaría general y las encargadas de organizar la estructura, la electoral, finanzas y las alianzas.
Es decir, tendría el control del Comité Ejecutivo.
Claro, si gana, porque Cordero prepara una campaña de choque -lo cual no gusta a los panistas para no perder el partido- y ya tiene un arsenal de acusaciones, declaraciones y cientos de fotografías donde Madero aparece sonriente al lado, en abrazo o saludo con Enrique Peña.
PAN: MADERO Y LAS SEIS REELECCIONES ANTERIORES
1.- La presagiada victoria no convertirá a Gustavo Madero en el primer presidente del PAN con dos periodos.
Manuel Gómez Morín lo dirigió de 1939 a 1949; Juan Gutiérrez Lascuráin de 1949 a 1956; Adolfo Christlieb de 1962 a 1968; Abel Vicencio de 1978 a 1984, Luis H. Álvarez de 1987 a 1993, y Luis Felipe Bravo Mena de 1999 a 2005.
2.- El priista Manlio Fabio Beltrones usa el Acuerdo Fiscal de bandera para negociar apoyos a las leyes reglamentarias en energía, telecomunicaciones y competencia económica.
Será, les dice, el complemento para promover el crecimiento sostenido, la generación del empleo y el apoyo a la economía familiar.
2.- Los apoyos federales a Chiapas abarcan muchos flancos.
El presidente Enrique Peña anunció obras carreteras por casi 10 mil millones de pesos, pero ha dispuesto canalizar más de mil 500 millones a la capital y otros 460 para infraestructura rural.
El gobernador Manuel Velasco ya dialoga con la comisionada Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Nuvia Mayorga, para estas ejecuciones.
Y 4.- en el Consejo Nacional Agropecuario no le hacen al misterio como el panista Gustavo Madero.
Su dirigente Benjamín Grayeb anunció la intención de reelegirse 10 meses antes de la contienda: su periodo de dos años terminará en diciembre próximo.