LIMA. La presencia de Nadine Heredia en el Gobierno de su esposo, el presidente peruano, Ollanta Humala, sigue causando hoy preocupación entre diversos sectores de la opinión pública que la critican por su rol casi protagónico en el Ejecutivo.
La primera dama peruana, de 37 años, no solo es la presidenta del partido oficialista, también es considerada la persona con mayor influencia y cercanía a Humala, y pese a que ha negado su postulación en los comicios presidenciales de 2016, los sondeos la siguen ubicando entre las candidatas con mayor intención de voto.
“No sueño con ser presidenta. Yo estoy apoyando a mi esposo con todo el amor que le tengo a este país que me ha dado mucho”, declaró Heredia a un programa de la cadena CNN que se emitirá hoy.
Las críticas a Heredia no solo llegan desde sus opositores políticos sino desde la familia de su esposo, con quien no mantiene una relación cercana, y como ejemplo más reciente de ello están los comentarios que hizo el jueves pasado su suegra, Elena Tasso.
“Yo sé que la mujer siempre debe apoyar al esposo, pero discretamente”, declaró Tasso a los periodistas.
A finales de febrero pasado, tras la renuncia del presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, quien estuvo solo cuatro meses en el cargo, varias miradas apuntaron hacia Heredia y la señalaron como una de las principales causantes.
El mismo Villanueva manifestó que su caída se originó por las discrepancias públicas que tuvo con Heredia sobre la discusión en el Ejecutivo de un eventual aumento del sueldo mínimo.
Para el analista político Augusto Álvarez Rodrich, el influyente papel de Heredia en el Gobierno “es controversial y paradójico” pues se ha convertido en la “principal operadora política” de las determinaciones de Humala, por lo que puede poner en riesgo la institucionalización del Ejecutivo.
“Este gravitante papel informal podrá facilitar las decisiones de Palacio, pero erosiona la institucionalidad del Gobierno pues, en los hechos, Heredia actúa como un subpresidente o premier plus sin asumir responsabilidades por sus decisiones”, sostuvo Álvarez Rodrich en su columna de opinión del diario La República.
Por su parte, miembros del Partido Aprista Peruano (PAP) y del Partido Popular Cristiano (PPC), opositores al Gobierno, han pedido al flamante presidente del Consejo de Ministros, René Cornejo, que se evalúe la regulación del papel de la primera dama.
El congresista del PPC Juan Carlos Eguren acusó a Heredia de “usurpar funciones”, mientras que el legislador del PAP Javier Velásquez Quesquén criticó que ella tenga “acceso a recursos públicos, pero que no pueda ser fiscalizada”.
Su estilo le ha valido a la primera dama entrar en dimes y diretes con miembros del Gobierno y con opositores como el expresidente Alan García (1985-1990 y 2006-2011), quien fue el encargado de bautizar como “reelección conyugal” a las supuestas intenciones de Heredia de seguir en Palacio de Gobierno una vez finalizado el mandato de Humala, lo que está prohibido por ley.
Nadine Heredia cuenta con un gran carisma que en ocasiones puede llegar a opacar el liderazgo de Humala, quien aparentemente tiene una personalidad más reservada, y esto se refleja en la opinión pública mediante los diversos sondeos de opinión, donde goza de mayor popularidad que su esposo.
En su saludo por el Día Internacional de la Mujer, Heredia destacó hoy que es cada vez más frecuente ver a las peruanas en “puestos decisivos, a la cabeza de un emprendimiento, al mando de una gobernación, como regidora o alcaldesa, como congresistas o ministras de Estado”.
“A lo largo y ancho de nuestro territorio, las mujeres del Perú son las socias más importantes del Gobierno para avanzar en la lucha contra la desnutrición, la protección y el desarrollo de la primera infancia”, expresó Heredia en su cuenta de Facebook.
La semana pasada, la primera dama fue calificada por el ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, como “el puntal del Gobierno”, una frase que respalda el alto perfil que proyecta Heredia desde que llegó su esposo al poder.