El América de Antonio Mohamed se empeña en torcer el vuelo. La goleada que Santos les propinó a los emplumados el sábado pasado en la cancha del Estadio Azteca por 4-2 es una estadística negativa más que se suma a la etapa del Turco al frente de los amarillos. Y es que para dimensionar lo que significó el aplanado que los Guerreros le dieron a los emplumados en el nido hay que ir a los números que dicen que América no recibía cuatro goles en el Azteca y terminaba perdiendo el partido nada más que desde hace poco menos de una década; fue el 4 de diciembre de 2005, cuando las Águilas cayeron en Santa Úrsula por 4-1 ante los Tigres, que los dejaron fuera en los cuartos de final de la Liguilla del torneo de Apertura 2005, un resultado, que por cierto, le costó la cabeza al entonces técnico: Mario Carrillo.
De ahí en fuera no hay en las estadísticas un resultado en el que los azulcremas se coman cuatro tantos en el Azteca y terminen perdiendo el partido.
Pero no es todo. La derrota que les propinó Santos a los amarillos fue la tercera consecutiva en el Azteca, estadio donde América no hilvanaba tres descalabros o más desde la peor campaña de su historia en torneos cortos: el Clausura 2008, cuando Rubén Omar Romano dirigió un “Titanic” amarillo que terminó hundido en el último lugar general, llegando a hilar seis derrotas consecutivas en el nido; por supuesto que Romano no volvió para el siguiente certamen.
Y ni hablar de los ocho goles que América ha recibido en los últimos tres juegos que ha disputado como local, uno en la caída contra Pachuca, tres más ante Pumas y cuatro contra Santos, para un total de 12 anotaciones, que colocan a la zaga del Topo Valenzuela y Francisco Javier Maza Rodríguez, indiscutibles en los llamados del Tri que va a ir a Brasil, como una de las cuatro peores del torneo mexicano.
De momento no le queda más al Turco, que tiene al América con cinco triunfos y cinco derrotas. Cierto es que el respaldo de la directiva es casi incondicional hasta el resto de la campaña, y pase lo que pase, al menos así lo han dicho los directivos amarillos ante los resultados negativos. Aunque Mohamed sabe que su crédito se puede agotar si al final de la campaña no alcanza al menos la Liguilla, obligación, más que logro, desde 2012, desde que el Piojo Herrera tomó al equipo, y le dejó al Turco una sombra que hasta ahora, vaya que ha pesado al argentino.