SIMFERÓPOL. Crimea, península conquistada por el imperio zarista a finales del siglo XVIII, regresó al redil ruso apenas 30 horas después de que esta república declarara formalmente su independencia de Ucrania.
“¡Bravo! ¡Así se habla!”, comentaban los comensales en un restaurante de Simferópol, capital crimea, durante la intervención en la que el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció la integración de toda la península, incluido el puerto de Sebastopol.
Los rusos de Crimea, que siguieron atentamente la transmisión televisada, aún no se creen que dos días después de la victoria de la adhesión a Rusia en el referéndum separatista sean ya parte de la Federación Rusa.
“¿Tan rápido? ¿Entonces, ahora, Putin también es nuestro presidente?”, preguntaba un camarero, entre las risas y los aplausos de los presentes.
Los crimeos se levantaron el domingo como ucranianos, se acostaron el lunes como habitantes de un país independiente y se fueron ayer a la cama como ciudadanos rusos.
En realidad, los rusos de Crimea nunca olvidaron sus orígenes, ya que seguían escuchando a Chaikovski y a Vyzotski, el popular cantautor soviético, de recitar los poemas de Pushkin y de leer a Dostoyevski.
Y es que los rusos de Crimea mantuvieron siempre que el dirigente soviético, Nikita Jruschov, había cometido una gran injusticia histórica al entregar el territorio a Ucrania en 1954.
El agravio no fue subsanado hasta ayer con la firma del ingreso de la República de Crimea en el seno de la Federación Rusa durante un acto oficial en el Kremlin, al que asistieron los dirigentes de Crimea y la ciudad portuaria de Sebastopol.
Los rusos de Crimea siempre se consideraron extranjeros con pasaporte ucraniano y se negaron a usar esa lengua, a estudiar su historia o a admirar a sus héroes, que en algunos casos combatieron contra la Unión Soviética en el bando nazi, como el controvertido Stepan Bandera.
“Todo el mundo está feliz. Los nuevos dirigentes de Kiev no nos dieron otra opción que la adhesión a Rusia. Amenazaban con venir casa por casa para obligarnos a hablar ucraniano”, señaló Dmitri, conserje de un hotel cuyos tatarabuelos llegaron a Crimea procedentes de los Urales.
Crimea era el balneario por excelencia de la Unión Soviética hasta que perdió su estatus con la independencia de Ucrania, que no supo granjearse la lealtad de los habitantes de esa autonomía rebelde.
En Rusia recuerdan con nostalgia Sebastopol, ciudad donde más del 95 por ciento de la población es rusoparlante, o Yalta, la joya de Crimea, donde tuvo lugar la histórica Conferencia de Paz de Yalta de 1945 entre Stalin, Roosvelt y Churchill.
Los crimeos esperan que su costa sea una alternativa al balneario de Sochi, lugar de descanso del presidente ruso, Vladímir Putin, y cuyos precios son desorbitados para el ruso de a pie.
Mientras, Bajchisarái es donde mejor se conserva el glorioso pasado del pueblo tártaro, los principales pobladores de este territorio entre el siglo XV y finales del XVIII (1783), cuando fueron sometidos por el Ejército zarista.
¿G8-1?
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, invitó a los líderes del Grupo de los Siete (G7) a reunirse la semana próxima en La Haya para analizar la crisis en Ucrania y los próximos pasos a seguir.
Obama, que iniciará este domingo una gira por Europa, convocó a los miembros del G7, formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, a reunirse “en los márgenes” de la Cumbre de Seguridad Nuclear prevista en La Haya, según informó la Casa Blanca en un comunicado.
La reunión del bloque, que engloba a todos los miembros del G8 menos Rusia, “estará enfocada en la situación en Ucrania y en nuevas medidas que el G7 puede tomar para responder a la evolución de los acontecimientos y apoyar a Ucrania”, detalló en el comunicado la vocera del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Caitlin Hayden.
El encuentro se hará en La Haya aprovechando la presencia de más de medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno en esa ciudad con motivo de la Cumbre de Seguridad Nuclear que se celebrará el 24 y 25 de marzo.
En el comunicado, la Casa Blanca recordó que EU y los otros miembros del G7 ya decidieron recientemente suspender los preparativos de la cumbre del G8 prevista en Sochi (Rusia).
Por otra parte, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de EU., Barack Obama, coincidieron, en una conversación telefónica, en calificar de “inaceptables” el referendo en Crimea así como la anexión de esa provincia ucraniana a Rusia.
Así lo informó el vocero del gobierno alemán, Steffan Seibert, en un comunicado en que además se reitera que “el llamado referendo va en contra de la constitución ucraniana y del derecho internacional”.