La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ratificó la negativa del pago de la indemnización de 531 millones de pesos por reparación del daño que reclamaba Lizette Farah Farah, quien fue señalada por la procuraduría del Estado de México como la presunta responsable de la muerte de su hija Paulette.
En la víspera del cuarto aniversario de la muerte de la menor, ocurrida el 21 de marzo del 2010, con una votación unánime, los cinco integrantes de la Primera Sala ratificaron la determinación del ministro presidente, Juan Silva Meza, dictada el pasado 5 de diciembre.
El titular de la SCJN, declaró “causa de notoria improcedencia” el recurso de revisión que interpuso la quejosa por las negativas de los juzgados y tribunales para darle el amparo.
Sin embargo, la mujer presentó un recurso de reclamación en contra del proveído que Silva Meza dictó con base a sus atribuciones como presidente de la Corte. La Primera Sala ratificó la negativa del amparo para la mujer.
El caso tomó relevancia porque después de días de investigaciones, el cuerpo de la menor fue hallado en la recámara de la niña, donde antes no la pudieron encontrar.
En este periodo de nueve días, la PGJDF señaló a Lizette Farah como la homicida de su hija ya que presentaba características de trastorno emocional, y problemas intrafamiliares, por lo que fue arraigada.
La demanda que interpuso Lizette Farah en septiembre del 2011, fue en contra del entonces gobernador, Enrique Peña Nieto; el exprocurador Alberto Bazbaz; su sucesor, Alfredo Castillo Cervantes, y la psicóloga, Sandra Yaduem Angulo, quien aseguró que la mujer tenía “características de un trastorno”.
Farha exigía un aproximado de 120 mil pesos mensuales durante 35 años, para diversas necesidades, entre ellas colegiaturas, comida, gastos médicos, terapias psicológicas, vacaciones, telefonía celular, manutención de mascotas, entre otras.
Cabe recordar que la menor estuvo sin ser localizada por nueve días, tiempo en el que se realizaban las pesquisas en las que fueron utilizados perros para rastrearla, después de este tiempo, su cuerpo fue ubicado en la misma recamara de donde supuestamente había desaparecido.
La versión oficial de su muerte fue por asfixia al haber quedado atrapada entre el colchón de la cama, las cobijas y la pared.