KIEV. Tropas rusas asaltaron hoy con carros blindados una base militar ucraniana situada en la localidad de Belbek, Crimea, después de haber dado un ultimátum a los mandos de esa unidad para que entregaran el cuartel o cambiaran de bando.

 

Al menos seis carros blindados rusos participan en el asalto, en el transcurso del cual se han oído disparos y al menos un periodista ha resultado herido, según varias fuentes citadas por el periódico ucraniano Ukraínskaya Pravda.

 

El comandante ucraniano de la base, Yuliy Mamchur convocó a sus hombres, quienes cantaron el himno nacional ucraniano. Mamchur dijo que entregarían sus armas.

 

Las fuerzas rusas iniciaron hace varios días la toma de instalaciones militares ucranianas en la península sobre el Mar Negro, que votó en un referendo la semana pasada separarse de Ucrania y unirse a Rusia,

 

Por otra parte, más de cinco mil residentes prorrusos de una ciudad importante del este de Ucrania efectuaron el sábado una demostración para reclamar un plebiscito a fin de determinar si se separan de Ucrania para unirse a Rusia.

 

La manifestación en Donetsk ocurrió menos de una semana después que la región ucraniana de Crimea aprobó la secesión en un plebiscito considerado ilegítimo por las naciones occidentales. Después del referendo, Rusia se anexó formalmente Crimea.

 

Con Crimea de hecho bajo control de las fuerzas rusas, que rodean las bases militares ucranianas en esa estratégica península sobre el Mar Negro, crecen las preocupaciones de que las regiones orientales de Ucrania busquen una medida similar.

 

Rusia ha emplazado fuertes contingentes militares en áreas fronterizas con el este de Ucrania. El presidente ruso Vladimir Putin dijo que no tiene intención de entrar en el este de Ucrania, pero la perspectiva de violencia entre grupos partidarios y opositores de la secesión en el este podría ser utilizada como pretexto para invadir.

 

El este de Ucrania es el corazón del sector vital de industria pesada y minería del país y la base de apoyo de Viktor Yanukovich, el presidente ucraniano que huyó a Rusia el mes pasado después de tres meses de protestas en la capital Kiev.

 

Rusia y los partidarios de Yanukovich sostienen que la salida del presidente fue causada por un golpe y afirman que las autoridades que tomaron el poder son nacionalistas que oprimirían a la numerosa minoría de ascendencia rusa en el este de Ucrania.

 

“Están tratando de arrancarnos de Rusia”, afirmó el manifestante Igor Shapoval, un empresario de 59 años. “Sin embargo, Donbass está lista para luchar contra esta banda que ya perdió Crimea y está perdiendo el este”. Donbass es el nombre de la región de fábricas y minas que incluye Donetsk.

 

Una hora después del comienzo de la manifestación, la multitud marchó hacia el centro de la ciudad para congregarse frente al edificio de la administración regional donde gritó “¡Crimea! ¡Donbass! ¡Rusia!”

 

Los manifestantes que hicieron ondear banderas rusas quedaron frente a hileras de policías antimotines. En el edificio, el ministro de relaciones exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, estaba reunido con autoridades locales.

 

Los manifestantes armaron carpas, a imitación de lo que hicieron durante semanas los manifestantes ucranianos opuestos a Yanukovich en Kiev.

 

“Estoy dispuesto a vivir en una carpa, pero no estoy dispuesto de entregarme a occidente, a bailar a su ritmo”, aseguró Viktor Rudko, un minero de 43 años.

 

El parlamento local formó el viernes un grupo de trabajo para desarrollar un plebiscito similar al de Crimea.

 

Varios activistas prorrusos han sido detenidos por la policía bajo sospecha de fomentar actividades secesionistas. Los servicios de seguridad ucranianos dijeron el sábado que arrestaron a Mijail Chumachenko, líder de la Milicia Popular de Donbass, sospechoso de usurpación de autoridad.