De acuerdo con una investigación de Juniper Networks, la ley de oferta y la demanda afecta a la industria del cibercrimen de la misma manera que en la que le da forma a los negocios legítimos.
 
Los datos de tarjetas de crédito pueden tener un valor de entre 20 y 40 dólares si son recientes y si el robo de estos aún no ha sido descubierto. Sin embargo, este valor se reduce hasta 2 dólares, o incluso menos, debido a las medidas de protección que los usuarios imponen ante la mínima sospecha de un robo.
 
En cambio, las credenciales de las cuentas de las redes sociales pueden variar entre los 16 y los 325 dólares en función de la actividad y la personalidad de la víctima.
 
Esto se debe a que el acceso a una red social dota a los hackers de información útil sobre las víctimas. Las redes sociales habitualmente aportan información personal de las víctimas que, posteriormente, podrá ser vendida en el mercado negro a un precio aún mayor que lo que se puede sustraer de una cuenta bancaria.