El fin de semana fue definitivo para Los Chuchos y el PRD.

 

En una votación se consolidó no nada más el dominio de la corriente de Jesús Ortega y Jesús Zambrano, sino también el escenario de elección donde puede haber varios aspirantes pero un solo candidato verdadero: Carlos Navarrete.

 

El Consejo Nacional perredista sesionó sin la sombra de Cuauhtémoc Cárdenas -¿alguien se acuerda de él como posible presidente?- y vanos esfuerzos de René Bejarano para cambiar la correlación de fuerzas al interior.

 

Nada de eso.

 

Los Chuchos no aceptaron ni la propuesta de abrir la elección a toda la militancia, reclamo de IDN y el desaparecido Marcelo Ebrard, ni una negociación con El Señor de las Ligas.

 

Lejos de ceder, la triada Ortega-Zambrano-Navarrete ha acrecentado su dominio y sus perspectivas de triunfo.

 

Así debe interpretarse la suma inicial de Carlos Sotelo y la incorporación de Foro Nuevo Sol, la tribu de Amalia García y Silvano Aureoles.

 

Pero así como han agregado, también hay quienes se han desagregado porque no coinciden con Los Chuchos y su política.

 

OFERTA PARA LA CANDIDATURA PRESIDENCIAL

 

Uno de quienes rechazaron alianzas es Marcelo Ebrard.

 

Historia singular la suya.

 

En 2011 dejó pasar a Andrés Manuel López a pesar del apoyo ofrecido por Jesús Ortega por verlo con mayores posibilidades de victoria sobre el proyecto amargo y vengativo del tabasqueño.

 

La última oportunidad la tuvo meses atrás.

 

Cuando Ebrard se radicalizaba contra la política negociadora de Los Chuchos, tuvo diálogo con varios miembros prominentes de esta corriente y rechazó todo tipo de acuerdos.

 

Una propuesta destacó sobre todas:

 

Carlos Navarrete le hizo ver al ex jefe de Gobierno cómo están las tendencias al interior del PRD, su falta de arraigo, su imagen de hombre de izquierda avanzada y sus posibilidades de recuperar popularidad con un proyecto muy bien elaborado.

 

En síntesis, le dijo, podía proyectársele como candidato presidencial para 2018.

 

-Yo te ayudo. Me comprometo a ello -garantizó Navarrete a Ebrard.

 

La respuesta fue negativa y ahora, con el conflicto de la Línea 12 del Metro encima, los escenarios para Ebrard se han reducido… aunque así parecía también antes del rescate de Andrés Manuel López como jefe policiaco con el aval de Vicente Fox.

 

ORTEGA RETA A LA PACIENCIA DE MANCERA

 

1.- Joel Ortega pervirtió el problema técnico de la Línea 12 del Metro y está por cosechar las tempestades de sus vientos.

 

Recibió severa reprimenda porque enfrentó a su jefe Miguel Mancera con el antecesor Marcelo Ebrard sin tener sustentos para culparlo de desvíos, trabajos mal hechos, materiales indebidamente seleccionados, supervisión laxa…

 

Ahora se voltea contra Mancera y su equipo, en especial su secretario particular Luis Serna y de quien asegura tener un expediente comprometedor.

 

La respuesta puede ser demoledora.

 

2.- En el gobierno federal elaboran un tercer plan de intervención similar al de Michoacán y Estado de México.

 

El fin de semana se registraron balaceras en Tampico y otros lugares de Tamaulipas, a donde ya se prepara el envío de fuerzas federales para evitar el resurgimiento de Zetas y el Cártel del Golfo, más la inmigración del Cártel de Sinaloa.

 

3.- Significativo el elogio de Emilio Chuayffet al gobernador guerrerense Ángel Aguirre por haber censado 97.3% de escuelas y maestros.

 

Este índice no lograron otras entidades supuestamente en paz y menos Michoacán, Oaxaca y Chiapas, donde el desorden magisterial es mayúsculo.

 

Y 4.- el Congreso se centrará en las leyes secundarias para la reforma político-electoral.

 

No habrá marcha atrás en las reformas constitucionales, declararon ayer el perredista Silvano Aureoles y el priista Emilio Gamboa.

 

“Se trata de consolidar las instituciones electorales y un avance en la democracia participativa para los mexicanos. La inclusión es un objetivo de todos”, precisó Gamboa.

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