Qué bueno que el presidente Enrique Peña Nieto se comprometió a “darle nuevamente a Michoacán seguridad y tranquilidad, cueste lo que cueste y no importando lo que tengamos que hacer para hacer valer y respetar el Estado de Derecho”.
Mejor aún que haya aclarado, precisado y subrayado que en materia de seguridad “no queremos hacer de esto un tema de politización…” porque los michoacanos lo que quieren es seguridad. Y que haya dicho que “ha quedado acreditado que el Estado, que el gobierno y que las instituciones de seguridad del Estado mexicano van teniendo logros, están avanzando y estamos recuperando la tranquilidad para Michoacán”.
Igual de importante que integrantes del gobierno federal aclaren que la detención de ex funcionarios de la administración estatal y de otros personajes de la clase política michoacana para investigarlos por sus presuntos vínculos con narcotraficantes mundialmente conocidos, no es otro “michoacanazo”.
Qué bueno todo lo anterior, porque los observadores políticos objetivos e imparciales que han estado muy atentos desde hace varios años a las acciones que se han implementado para regresarle la tranquilidad a los habitantes de casi todo el estado, andan diciendo por todos lados, que con los palos de ciego que está dando el gobierno federal en su lucha-batalla-combate-guerra-cruzada contra la delincuencia organizada, es cada día más evidente que los únicos que verdaderamente están organizados son los criminales (narcos, secuestradores, extorsionadores, etc.) porque las autoridades carecen de lo más importante para alzarse con el triunfo: estrategia, es-tra-te-gia.
Los hechos que hemos presenciado hasta ahora, agregan aquellos, demuestran que las fuerzas del bien (léase supremo gobierno) están improvisando y reaccionando ante las fuerzas del mal. Para acabarla de amolar, las autodenominadas autodefensas michoacanas son la mejor prueba de que los funcionarios federales no logran distinguir entre los buenos y los malos.
En un primer momento, los autodefensores recibieron por parte del gobierno el trato de aliados, hasta que alguien se dio cuenta de que, en realidad, son tan malos como los más malos… y ahora ya no saben qué hacer con ellos. Por lo pronto, exhiben sus diferencias: mientras el comisionado federal para la seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo, afirma que “en La Ruana se dialoga y avanza en el acuerdo para la desmovilización y desarme”, el líder de las autodefensas José Manuel Mireles declara: “nosotros somos los que estamos combatiendo a los criminales. No vamos a desarmarnos, preferimos morir”.
¡Ay qué tiempos aquellos, en la época del viejo PRI del siglo XX! Exclaman los mismos observadores.
En aquel no tan lejano entonces, los autoritarios presidentes de la antidemocrática República Mexicana no se enredaban en historias y, a las primeras de cambio, decretaban -vía declaración del Senado- la desaparición de poderes en los estados ingobernables o dizque “gobernados” por virreyes ineptos e inútiles.
Las cosas han cambiado, y hoy somos un Estado de Derecho, una nación democrática, plural y multipartidista, y en consecuencia nada es aceptable al margen del sacrosanto camino de la Ley, con mayúscula. ¡Y así nos está yendo!
AGENDA PREVIA
El diputado Manlio Fabio Beltrones, se dice satisfecho de haber contribuido a la fundación del Instituto Nacional Electoral, el cual arranca sus tareas con la plena legitimidad constitucional que le da el acuerdo parlamentario aprobado por la Cámara de Diputados. El INE, además de organizar los procesos electorales federales de 2015, se coordinará con los organismos electorales locales para renovar nueve gubernaturas. También podrá, a petición de los partidos políticos, calificar los procesos internos de éstos, abundó Beltrones.
“Borrón y cuenta nueva” o “nueva página” en las relaciones entre México y Francia, prácticamente dijeron Enrique Peña Nieto y François Hollande. “Cooperación excepcional” en una amplia gama de sectores como el energético y colaboración tecnológica para el desarrollo de la industria petrolera. Por lo pronto, Pemex firmó dos acuerdos con las empresas francesas de energía GDF Suez y Total.