CARACAS. Varios centenares de policías y guardias nacionales tomaron el viernes la ciudad de Mérida para levantar las decenas de barricadas colocadas desde hace dos meses en algunas de las vías en protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Carlos García, el alcalde de la ciudad y opositor, indicó que unos 1, 500 policías y guardias nacionales fueron enviados la víspera a Mérida, unos 600 kilómetros al suroeste de Caracas, para derribar todas las barricadas. Explicó que centenares de policías y militares tomaron desde la tarde del jueves el centro de Mérida con la ayuda de tanquetas, camiones y maquinarias de construcción.
“Hay una tensa calma por la presencia exagerada de funcionarios y tantas tanquetas tienen a la gente un poco preocupada”, dijo el alcalde en entrevista telefónica.
En Mérida, donde habitan unas 320 mil personas, se vienen registrando desde febrero protestas callejeras contra el gobierno de Maduro. En tanto en Caracas, varias decenas de universitarios y opositores realizaron una concentración en una plaza del oeste de la capital para protestar contra la crisis que enfrenta el sector de la salud por la falta de insumos médicos importados.
Bajo la consigna “no quiero balas, ni represión, yo lo que quiero es salud para mi nación”, decenas de manifestantes se concentraron en la pequeña plaza de Las Tres Gracias para exigir al gobierno que entregue insumos a los hospitales públicos y clínicas privadas que han denunciado que enfrentan una severa crisis por la falta de material y que esa situación podría poner en riesgo la vida de sus pacientes.
A 72 días de haberse iniciado en el país las protestas callejeras, y en medio del proceso de diálogo que lleva adelante el Ejecutivo con la coalición opositora, el consejero de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, Francisco Márquez, aseguró que los estudiantes aún tienen razones para mantenerse en las calles.
“La protesta tiene que seguir porque el régimen no ha entendido que nosotros… estamos buscando recuperar la democracia de Venezuela y reconciliar al país y eso se hace en la calle con la gente”, dijo Márquez a AP en entrevista telefónica.
En relación con la sentencia que emitió el jueves el Tribunal Supremo de Justicia que establece que todas las manifestaciones deben tener permiso, el dirigente consideró la medida “absolutamente denigrante” y violatoria de la constitución. “Mientras exista este caos y problemas sin respuesta el pueblo seguirá en las calles protestando”, dijo el viernes el líder opositor y gobernador central de Miranda, Henrique Capriles, en su cuenta de Twitter.
Agregó que “todos los venezolanos incluso con esa sentencia… tienen derecho a la protesta pacífica que establece la constitución”.
El gobierno y la oposición sostuvieron la víspera un tercer encuentro como parte del proceso de acercamiento que iniciaron el 10 de abril para tratar de lograr una salida pacífica a la crisis política y económica que atraviesa el país. Venezuela se ha visto sacudida desde febrero por protestas de universitarios y opositores, esencialmente de clase media, en contra de la desbordada inflación, el desabastecimiento de bienes básicos y un alto índice de delincuencia.
“El diálogo es un camino difícil e indispensable”, afirmó Ramón Guillermo Aveledo, secretario ejecutivo de la llamada Mesa de la Unidad Democrática, al defender el proceso que llevan adelante junto con el gobierno.