WASHINGTON. El homicidio es la segunda causa de muerte para hispanos entre 15 y 24 años, mientras que para los blancos de ese mismo grupo de edad es la cuarta y para los jóvenes negros es la principal.
En más de dos tercios de las muertes violentas de hispanos la causa fue un disparo con arma de fuego: entre 1999 y 2010 más de 38 mil fallecieron con este tipo de armas, 26,349 en homicidios, 10,314 se suicidaron y 747 fueron víctimas colaterales de un tiroteo.
En el 2010, el año más reciente para el que tienen información exhaustiva los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la tasa de hispanos víctimas de homicidio fue de 5.73 por 100,000, mientras que para los blancos fue de 2.52 por 100,000.
Los datos más recientes del FBI, de 2011, indican que en los casos en que se pudo establecer la relación entre la víctima y el homicida, el 39 por ciento de los latinos fueron asesinados por un desconocido, mientras que la media nacional es notablemente inferior, del 25 por ciento.
Asimismo, según información de ese mismo año, el 41 por ciento de los hispanos víctimas de homicidio tenían 24 años o menos, frente al 40 por ciento de los de raza negra y el 22 por ciento de los blancos.
Según los autores del estudio, el sistema actual de recolección de datos presenta “serios vacíos”, por lo cual es “casi seguro” que el número total de víctimas hispanas es más alto de lo que indican las cifras reportadas.
“Los datos que reportan las dependencias gubernamentales suelen reportar la raza, pero no el origen étnico. Para prevenir la victimización de hispanos en los Estados Unidos hay que empezar por documentarla exhaustivamente”, considera el VPC.
Así, este centro de estudios recomienda que las dependencias oficiales que recaban datos sobre muertos y heridos obtengan la información completa acerca de su origen étnico, no sólo de su raza.
Para calcular la tasa de hispanos víctimas de homicidio, los investigadores han dividido el número total de asesinatos con víctimas latinas entre el total de la población hispana en la nación y luego multiplicado el resultado por 100,000. “El estudio no incluyó a Puerto Rico ni a otros territorios de EEUU”, precisó VPC.
“Nuestro informe muestra que la epidemia de violencia con armas de fuego que azota a Estados Unidos tiene un impacto desproporcionado sobre la comunidad hispana. Esta epidemia de violencia no sólo ha acabado con la vida de mucha gente sino que también está desbaratando la vida de muchas familias”, consideró el director ejecutivo de VPC, Josh Sugarmann.
“Es urgente que todos los funcionarios públicos, desde líderes comunitarios hasta miembros del Congreso, se fijen como prioridad la prevención de la violencia con armas de fuego”, concluyó, según un comunicado de la organización.