Madrid. El candidato del Partido Popular Europeo (PPE) a las elecciones europeas, Jean Claude Juncker, quiso hoy enviar un mensaje a los desempleados españoles: “estar en el paro no quiere decir no tener esperanza”.
En una entrevista, antes de abandonar Madrid y poco después de realizar una visita a una empresa que funde el bronce para obras de arte, Juncker también dijo que “España ha reencontrado el camino del crecimiento”, pero que le corresponde al gobierno español decir qué reformas son las que tiene que emprender.
Sobre la inmigración, afirmó que se niega calificar de “ilegal” a un ser humano, aunque dijo que “la inmigración ilegal existe” y que hay que dejar de reducir la ayuda al desarrollo para enfrentar el problema en su origen.
Juncker cree además que la UE necesita una dimensión social y para eso reiteró su propuesta de que haya, como principio, un salario mínimo en los países miembros.
También sostuvo que toda persona que viva en territorio de la UE debe tener el derecho a un ingreso mínimo.
¿Cuál es la percepción que se lleva de España?
-España acaba de atravesar una etapa muy difícil de su historia reciente. Pero ha reencontrado el camino del crecimiento y la situación del empleo comienza a mejorar, aunque sigue siendo dramática. España es un país que ha reconstruido su reputación, tiene acceso a los mercados financieros en buenas condiciones. Y aunque está en el buen camino, no se puede decir que la crisis haya terminado con un nivel tan elevado de desempleo, sobre todo entre la gente joven.
Hay muchas personas que piensan que sobre la economía hay un discurso teórico y luego una realidad. En España hay un 25 por ciento de paro, 5 millones de desempleados, paro juvenil y a la gente mayor de 45 años le resulta imposible encontrar un empleo. ¿Qué mensaje tiene para ellos?
-Lo primero que les puedo decir es que la situación general del país ha comenzado a mejorar. Es cierto que los beneficios todavía no se hacen sentir en las personas afectadas por el desempleo. Pero si la economía va mejor, si vuelve a fluir el crédito para las pequeñas empresas, el número de desempleados baja y todo eso tendrá beneficios para las personas afectadas por el desempleo. De una manera muy responsable puedo decir que las cosas van a mejorar. España, de las cuatro economías más grandes de la zona euro es la que va a conocer un crecimiento mayor en 2015. Lo esencial es que eso beneficie a los que están sufriendo. Se que la desesperación de los desempleados en España es grande y que están a punto de perder la paciencia, pero la tendencia se revierte lentamente. Me resulta incómodo tener que decir que hay que tener un poco más de paciencia, porque ya han tenido mucha paciencia y coraje.
¿De cuánto tiempo hablamos para que se produzcan resultados?
-He sido presidente del Eurogrupo. Desconfío de las previsiones de los expertos y de las instituciones internacionales. No me comprometeré con un periodo de tiempo.
Pero, ¿tiene un mensaje claro dirigido a ellos?
-Estar en el desempleo no quiere decir no tener esperanza.
Ha dicho que España tiene que continuar con las reformas. ¿Puede precisar un poco más? ¿Qué tipo de reformas?
-No puedo precisar. Las reformas estructurales tienen que continuar en España y en todos los países. Las reformas estructurales no consisten en acabar simplemente con el derecho al trabajo, con sus reglas protectoras. No soy un adepto de la austeridad ciega, ni de desmantelar el derecho del trabajo ni los sistemas de seguridad social. Hace falta una política orientada hacia el empleo y el crecimiento. Estoy a favor del rigor presupuestario para evitar que los jóvenes de las generaciones posteriores paguen las deudas que acumulamos hoy. Pero quiero que eso no se haga negando los derechos sociales. El gobierno español escogerá las reformas estructurales que convienen mejor al país y espero que eso se haga en una atmósfera de gran consenso. Luchar contra la crisis no es un asunto solo del gobierno, sino de todos los responsables políticos, de las organizaciones sindicales, de la patronal, es un deber nacional que debe asumirse de manera solidaria y colectiva.
En España hay gente que piensa que las reformas han contribuido a reducir el nivel de los derechos sociales. ¿Qué piensa de ello?
-Depende del nivel de derechos sociales que existieran antes de las reformas. En todos los países las reformas han afectado a la protección social. No es una especificidad española. En el caso de España tal vez las medias hayan ido más allá, teniendo en cuenta que el mercado de trabajo en España es particularmente rígido. Las reformas que el gobierno ha aportado al mercado el trabajo eran necesarias.
Pero cuando se recorta, normalmente se hace con partidas que afectan a los derechos sociales.
-Técnicamente puede ser lo más fácil, pero políticamente es lo más difícil porque el cuerpo social reacciona a veces con vehemencia contra las reformas. España, como en otros países en Europa, no pueden añadir déficit al déficit, deuda pública a la deuda publica. Si gastamos el dinero que no tenemos, nos endeudamos y no podemos poner en marcha las políticas que queremos. Y además aumentamos las cargas de las generaciones futuras. Menos dinero tendremos además para financiar la investigación, el sistema educativo. Continuar como estábamos haciendo hasta ahora (antes de la crisis) nos llevaba hasta un muro.
¿Ha habido ceguera en la política económica de la UE?
-El comportamiento que tuvieron en muchos países antes de la crisis era ciego, por no haber pensado en las generaciones futuras. Hacía falta emprender reformas estructurales importantes, emprender recortes presupuestarios no menos importantes porque no habíamos prestado mucha atención antes de la crisis. Los países que tenían ordenado su presupuesto público han tenido más margen de maniobra.
¿Es necesario en Europa un salario mínimo? ¿Y un salario social para las personas que no tienen acceso al empleo y que han agotado su prestación por desempleo?
-Europa necesita una dimensión social suficientemente amueblada. Unos derechos sociales mínimos entre los que figura el principio, he dicho el principio, de un salario mínimo social. No será el mismo en todos los lados. En Bulgaria no pueda ser del mismo nivel que en Luxemburgo. En cuanto a un ingreso social para las personas que no tienen posibilidades de encontrar un puesto de trabajo, no he encontrado en los Estados miembros el mismo eco que el del salario social. Un ingreso que pueda beneficiar a los que quieren trabajar y no pueden, que han llegado al final de su indemnización del desempleo. Toda persona que viva en territorio de la UE debe tener el derecho a tener un ingreso mínimo.
Sobre la inmigración, ¿ha visto las imágenes de las personas que intentan saltar el muro en Ceuta y Melilla?
– Son imágenes insoportables, que me sacuden la conciencia. Lo que he hace decir que hay que reaccionar para evitar que las personas sean empujadas hacia inmigración ilegal. Quiero que los estados miembros dejen de reducir la ayuda al desarrollo. Hace falta actuar en el lugar de origen. Quiero además solidaridad con los países mayormente afectados por la inmigración ilegal masiva, que se cofinancien los programas de retorno, que haya más dinero público para la protección y la gestión de nuestras fronteras exteriores. La inmigración ilegal masiva no es un problema regional que afecta sólo a unos cuantos países, creo que hay comprender que es un problema de dimensión europea. Me niego a considerar a un ser humano como ilegal. Pero la inmigración ilegal existe. Decir que un ser humano es ilegal me afecta profundamente, que esté en situación ilegal, eso es diferente.
¿Qué nos puede decir del candidato del Partido Popular, Miguel Arias Cañete?. ¿Tiene previsto un puesto para él en la futura Comisión Europea?
-Miguel Arias Cañete es un hombre que aprecio, que conozco, es inteligente, un hombre que conoce a España y la España profunda, porque ha sido ministro de Agricultura. Y conoce también muy bien la Unión Europea. Es un hombre de convicciones fuertes. En todos los países me plantean la misma cuestión y no doy ninguna respuesta. Es muy pronto para responder quien va a ser comisario e incluso sería arrogante hacerlo porque todavía no soy presidente de la Comisión. Cuando lo sea contactaré con el presidente del gobierno español y hablaremos. No distribuiré puestos sin haber sido todavía elegido para el cargo que los distribuye. EFE