El escritor Juan Villoro aseguró que existen pocas novelas de fútbol, porque el fútbol en sí mismo es una novela narrada de antemano, aunque la mayoría de la gente, seguidora de ese deporte, debe tener razones ilimitadas para verlo.

 

El ganador en 2004 del Premio Herralde por su novela El testigo, reconoció ser un seguidor del fútbol, pero por encima de todo un aficionado de la afición, interesado en reflejar lo que pasa en la cancha y cómo repercute en la gente.

 

“Hay algunas buenas, pero no hay grandísimas novelas de fútbol porque el fútbol en sí mismo es una novela y yo como cronista soy testigo de una narración previa que trato de articular en la medida de lo posible con mis palabras, pero me sirvo de voces colectivas”, dijo el escritor.

 

Sobre los críticos del futbol, Villoro dijo que es bueno que critiquen al deporte.

 

“Es algo útil porque es sano pensar que porque algo le guste a todo el mundo no necesariamente es bueno y la mayoría de la gente que ve el fútbol debe tener razones bastante limitadas para verlo. La mayoría de las cosas que tienen aceptación masiva no son exigentes”, dijo.

 

Juan Villoro acaba de presentar su más reciente libro Balón dividido, una compilación de crónicas de figuras futbolísticas y su conexión con la literatura.

 

El escritor mexicano de 57 años se refirió a contactos entre el balompié y la literatura y reconoció que en el caso del juego, influye mucho el resultado.

 

“En el fútbol está el tema tiránico del marcador. Un escritor puede ser incomprendido durante muchos años y triunfar póstumamente cuando los lectores hayan cambiado porque la literatura depende de la forma en que es apreciada”, dijo.