Días antes de la elección panista comenzó un gran operativo.
El equipo de Gustavo Madero y la presidenta Cecilia Romero advertían la avalancha impulsada por el adversario Ernesto Cordero y los calderonistas aglutinados en torno suyo.
Tomaron providencias.
Tanto la dirección nacional panista como la comisión organizadora de Francisco Gárate dieron sustento legal a todas las decisiones y de ello mantienen informados a los observadores electorales, antes del Instituto federal Electoral (IFE), hoy Instituto Nacional Electoral (INE).
La misma cosa con semejantes integrantes e iguales prácticas, pero reestructurado a sugerencia y capricho del propio Partido Acción Nacional (PAN) y de su dirigente-candidato.
-Todo está documentado y bien sustentado -sostiene Gárate.
Abunda:
-No vemos cómo pueda echarse a perder un trabajo objetivo, imparcial.
Su alusión es obvia: tanto Gárate como Romero y Madero esperan quejas, denuncias e impugnaciones ante el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) por parte del grupo de Ernesto Cordero-Juan Manuel Oliva.
El desacato, pues.
Ese era el primer riesgo al amparo de las tendencias favorables a Madero.
NEGOCIACIONES DE MADERISTAS CON CORDERISTAS
Identificado el riesgo de la legitimidad, se procedió a desactivarlo.
Los maderistas tendieron puentes con los corderistas.
La operación incluye a personajes como Santiago Creel, Marco Antonio Adame, Jorge Luis Preciado, Luis Alberto Villarreal y Rafael Moreno Valle.
Por los corderistas-calderonistas los interlocutores son, obvio, el propio Ernesto Cordero, Javier Lozano, Luisa María Calderón y otros.
Por ningún lado aparece Felipe Calderón, cabeza de esa corriente, aunque sí su esposa Margarita Zavala al lado de Cordero.
Los negociadores intentaron fijar una ruta en la cual prime la unidad y los intereses del PAN por encima de los de grupo o de sus candidatos e, inclusive, de la agenda legislativa.
-Todos los puentes están tendidos -me confirmó ayer Marco Antonio Adame.
Sin embargo, ni en la víspera ni ayer desapareció la animosidad del corderismo-calderonismo, como lo demuestran las acusaciones, y por eso quedaron en el aire las promesas del senador de acatar los resultados de la militancia.
Mientras tanto, un grupo de afines a Madero se reunió ayer por la mañana con una consigna: empezar a tejer la concordia.
Al frente están el gobernador Rafael Moreno Valle, el alcalde poblano Antonio Gali y otros liderazgos regionales.
Prometen, a su manera, practicar la máxima de César Augusto Sandino:
-Implacables en la lucha y generosos en la victoria.
REVISIÓN A LA CONTINUIDAD DE PRECIADO Y VILLARREAL
1.- Aun con el triunfo de Gustavo Madero, quien los designó, está a revisión la permanencia de los dos coordinadores parlamentarios, Jorge Luis Preciado en el Senado de la República y Luis Alberto Villarreal en la Cámara de Diputados.
Por esa vía pueden abrirse espacios de conciliación con los derrotados, en especial con los calderonistas y Ernesto Cordero.
Es una prerrogativa del presidente, pero no quieren ampliar las fisuras surgidas desde el sexenio pasado con el choque directo Calderón-Madero.
Y 2.- hace una semana el grupo corderista en el Senado amenazó a los coordinadores de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), Emilio Gamboa y Miguel Barbosa:
-Pararemos las reformas hasta después del 18 de mayo, ya que tengamos nuevo dirigente.
Aseguran tener la mayoría del grupo y de esa manera pueden obstaculizar avances con una práctica simple: de noche destejen lo tejido en el día por la cúpula panista y su operador senatorial Preciado.
Al final los llamó Cecilia Romero y la agenda sigue.
Con ese mismo espíritu habló ayer el coordinador priista, Emilio Gamboa, quien prometió disposición de las bancadas para discutir normas a fin de elevar la competitividad económica.