NAIROBI. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) prohibió hoy temporalmente la entrada de visitantes a su complejo en Nairobi ante el aumento de las amenazas terroristas en la ciudad, que ha provocado que varias embajadas, como la británica y la estadunidense, hayan advertido del peligro de viajar a Kenia.

 

«La ONU no es inmune a estos actos cobardes«, dijo la directora ejecutiva de las operaciones de la ONU en Nairobi, Sahle-Work Zewde, citada por el diario local Daily Nation.

 

Entre las medidas de seguridad adoptadas por la ONU figura el cierre de la gasolinera que abastece a sus trabajadores y la prohibición de visitas en el complejo, donde solo podrá acceder el personal de plantilla autorizado para ello.

 

Al resto de empleados se les aconsejó realizar sus labores desde sus casas, aunque se espera que el complejo vuelva a la normalidad «tan pronto como sea posible».

 

Zewde comunicó esta decisión al personal a través de un correo electrónico, en el que también señaló que la amenaza del terrorismo sigue siendo «una preocupación real» y un «desafío particularmente difícil de manejar».

 

La ONU tomó estas medidas después de que el viernes un nuevo ataque terrorista causara al menos 10 muertos y 76 heridos en dos explosiones ocurridas en un mercado del barrio somalí de Nairobi.

 

Este ataque, que no fue reivindicado por ningún grupo, coincidió con el proceso de evacuación de ciudadanos británicos de la ciudad costera de Mombasa iniciado por dos operadoras turísticas, que también cancelaron sus vuelos a esta ciudad hasta el próximo mes de octubre.

 

La evacuación se produjo después de que el miércoles el Ministerio británico de Exteriores desaconsejase viajar a Mombasa y sus alrededores a no ser que fuese «esencial», debido a la «continua amenaza terrorista» en la zona.

 

También las embajadas de Australia, Francia y Estados Unidos emitieron alertas advirtiendo a sus ciudadanos sobre la cantidad de «delitos violentos» en algunas áreas del país.

 

Además, Estados Unidos aseguró que está evaluando reducir el personal de su embajada en Nairobi por motivos de seguridad, aunque de momento permanecerá abierta.

 

Desde que en octubre de 2011 el Ejército keniano entró en Somalia para combatir a Al Shabab, milicia a la que acusó de varios secuestros en su territorio, el país ha sido objeto de constantes atentados.

 

El más grave ocurrió en septiembre del pasado año, cuando un grupo de milicianos del grupo radical somalí tomó el centro comercial Westgate de Nairobi durante cuatro días y mató a 67 personas.