KIEV. Las fuerzas gubernamentales ucranianas retomaron hoy el control sobre el aeropuerto de la región rebelde de Donetsk (este) y destruyeron un campamento insurgente en la vecina Lugansk.

 

“El aeropuerto está totalmente bajo nuestro control. El enemigo ha sufrido importantes bajas, nosotros ninguna“, aseguró Arsén Avákov, ministro del Interior, en un comunicado.

 

Avákov, quien anunció la reanudación de la ofensiva contra los bastiones prorrusos el domingo tras las elecciones presidenciales en Ucrania, aseguró que “la operación continúa”.

 

Además, informó sobre la destrucción de un campamento de entrenamiento de los rebeldes en la región de Lugansk por parte de la Fuerza Aérea.

 

“Por un ataque aéreo ha sido destruido el campamento de entrenamiento en la localidad de Yasenaj, en la región de Lugansk”, señaló en su página de Facebook.

 

Por otra parte, el viceprimer ministro, Vitali Yarema, insistió en que la operación antiterrorista continuará, como anunció el presidente electo, Petró Poroshenko.

 

“Proseguiremos con la operación hasta que en territorio de Ucrania no quede ni un solo terrorista”, señaló.

 

El líder de la autoproclamada república separatista de Donetsk, Denís Pushilin, informó hoy de que los rebeldes se habían hecho con el control el aeropuerto de la capital regional.

 

En una declaración divulgada por las agencias rusas, Pushilin también aseguró que los milicianos abatieron dos helicópteros de las fuerzas gubernamentales durante la noche.

 

Los combates, que se propagaron después a la estación de trenes de la ciudad, estallaron cuando un grupo de rebeldes efectuó en torno al mediodía de ayer una incursión en el aeropuerto, que tuvo que cerrar sus puertas.

 

Según el primer ministro de la república rebelde, Alexander Borodai, en los combates de ayer en Donetsk murieron 100 personas, entre milicianos rebeldes y civiles.

 

En un intento de expulsar a los insurgentes y retomar el control de las instalaciones aeroportuarias, las fuerzas leales a Kiev lanzaron un ataque aéreo en toda regla, en el que tomaron parte cazas y helicópteros.

 

Mientras, la estación de trenes reabrió hoy sus puertas después de que todos los pasajeros fueran evacuados tras un tiroteo en el que supuestamente murió una persona.

 

El líder de la autoproclamada república popular de Lugansk, Valeri Bolotov, aseguró hoy que había ordenado movilizar a sus milicianos para el envío de refuerzos a la región vecina.

 

A su vez, el gobernador separatista de Donetsk, Pável Gubarev, descartó cualquier negociación con Kiev y pidió al presidente electo, Petró Poroshenko, que reconozca la independencia de Donetsk y retire las tropas del territorio separatista.

 

Poroshennko apoyó ayer la continuación de la ofensiva militar contra los insurgentes, pero recalcó que “debe ser más efectiva, más corta en el tiempo y con las unidades mejor pertrechadas”.

 

“No puede durar dos o tres meses. Debe durar horas”, señaló y descartó cualquier tipo de negociación con los insurgentes, y añadió: “Ningún país civilizado mantendría negociaciones con terroristas y nosotros somos un país civilizado”.