WASHINGTON. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió al secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, que suspenda temporalmente la conclusión de una revisión a las políticas de deportación hasta bien entrado el segundo semestre de este año, dijeron el martes altos funcionarios de la Casa Blanca.

 

La medida tiene como fin mantener viva cualquier esperanza de que la Cámara de Representantes aborde la iniciativa sobre una reforma inmigratoria este año.

 

"Tenemos una oportunidad de unos dos o tres meses para reactivar la situación en la Cámara de Representantes", dijo Obama anteriormente este mes.

 

Se debe dar a la Cámara de Representantes "el espacio para arreglar el roto sistema migratorio y negarles a los republicanos (opositores, que controlan esa cámara) la excusa de mayor inacción", aclaró la Casa Blanca en un comunicado.

 

Obama instruyó en marzo al gobierno a que examinara si las prácticas de deportación pueden llevarse a cabo de manera más humana, con el fin de calmar a los frustrados activistas de los inmigrantes.

 

Pero eso envalentonó a los representantes republicanos, quienes alegan que no pueden confiar en que Obama haga valer la ley y que pasar por encima de los legisladores mediante una decisión ejecutiva mina las posibilidades de tramitar una reforma amplia al sistema de inmigración en el Congreso, que es lo que buscan Obama y los demócratas.

 

Presionado por ambas partes, Obama trata de preservar lo que la Casa Blanca considera una pequeña oportunidad en julio y julio, en la que el Congreso pudiera actuar antes que toda la atención de Washington se centre en las elecciones legislativas de noviembre.

 

"El presidente desea aprovechar cualquier oportunidad para encontrar una solución permanente, para lo que hace falta el Congreso", dijo Cecilia Muñoz, directora del Consejo de Políticas Nacionales de la Casa Blanca.

 

La demora baja el tono a una fractura entre los aliados tradicionales de Obama, que surgió después que el presidente pidió la revisión de las deportaciones.

 

Algunos defensores de migrantes y demócratas exhortaron a Obama a tomar medidas ejecutivas de inmediato ante la demora en el Congreso.

 

Pero otros insistieron en que se debe seguir presionando a los representantes republicanos mientras haya una oportunidad, por lejana que sea, de aprobar una iniciativa que ofrezca un camino a la ciudadanía a los 11,5 millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos sin autorización.

 

El Senado estadounidense, controlado por los demócratas aliados de Obama, aprobó el año pasado un ambicioso proyecto de reforma migratoria, que abriría la vía a la ciudadanía a 11 millones de inmigrantes ilegales. Sin embargo, antes de convertirse en ley, el proyecto debe ser homologado con una legislación proveniente de la otra cámara.

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *