BRASILIA. Luego de que una protesta de maestros empañara el primer entrenamiento oficial de la selección brasileña en Río de Janeiro y a 14 días del comienzo del Mundial, la presidenta Dilma Rousseff decidió que el Ejército asuma la seguridad durante la Copa para proteger a todos lo equipos de fútbol.

 

Las tropas se apostarán en los aeropuertos, hoteles y centros deportivos por donde circularán las distintas selecciones, según consignó el diario O Globo, que reveló que la decisión fue tomada en un reunión entre el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, el coordinador de las acciones para defender la Copa, el general José Carlos De Nari, y el secretario de estado de Seguridad Pública, José Mariano Beltrame, luego que un grupo de 200 profesores en huelga se enfrentara al autobús que transportaba a la selección brasileña.

 

Los docentes en huelga bloquearon el paso del autobús durante unos 30 minutos, tiempo en el que aprovecharon de pegar calcomanías en el vehículo que decían: “Huelga unificada de la educación”. Al mismo tiempo sostenían carteles en los que se podía leer que “no va a haber copa, va a haber huelga” y “necesitamos escuelas, no estadios”.

 

La orden la había dado la presidenta Rousseff, luego de que circulara en todo el mundo las imágenes de la huelga que complicó el primer entrenamiento de Brasil.

 

La custodia también llegará a los representantes de gobiernos extranjeros y a los miembros de la FIFA. Las tropas serán movilizadas en las 12 ciudades-sede donde habrá partidos y en los 15 Estados donde hay centros de entrenamientos.

 

Un primer contigente de militares ya se encuentra patrullando los alrededores del hotel donde se concentra la selección de fútbol de Brasil, en Teresópolis, en el estado de Rio de Janeiro. Asimismo, unos 120 soldados se trasladaron a Victoria en Espíritu Santo, hasta donde llegó la selección de Australia, la primera delegación extranjera en llegar a Brasil.

 

El lunes, Brasilia fue epicentro de una llamativa protesta. Manifestantes indígenas vestidos con ropaje tradicional y armados con arcos y flechas se enfrentaron con la policía durante una marcha contra el Mundial. Como consecuencia, se canceló una ceremonia para inaugurar la exhibición del trofeo de la Copa.

 

Pero la protesta de los indígenas no se quedó ahí, ayer cerca de 500 indios de diversas etnias se congregaron frente al Ministerio de Justicia en Brasilia y bloquearon todos los accesos al edificio, en una nueva protesta por un proyecto que propone alterar la forma de establecer sus reservas.

 

Así como ocurrió el pasado martes, cuando llegaron a enfrentarse con la policía en una manifestación contra el próximo Mundial de fútbol a la que se unieron, los indios se presentaron ataviados con plumas, sus rostros pintados y armados con arcos y flechas.

 

El proyecto de ley que rechazan los indios ha sido elaborado por el Ministerio de Justicia y propone que la responsabilidad por la demarcación de las reservas, que hasta ahora es de la Fundación Nacional del Indio (Funai, estatal), sea transferida al Congreso.

 

Los indígenas se oponen a esa alteración, pues alegan que en las cámaras legislativas existen grupos parlamentarios que representan los intereses de los empresarios del campo, con los que mantienen diversos conflictos por la propiedad de las tierras.