Conectar esfuerzos para una acción común es una buena coordinación; en política es la diferencia entre que la gente se nutra o mal coma, muera ahogada o salve la vida, se prepare en la escuela o esté destinada a la ignorancia permanente.

 

Y si política es el quehacer ordenado para el bien común, no se puede explicar ni entender sin una buena coordinación de los tres niveles de gobierno.

 

Cuando hay omisiones, fracasos y tragedias es porque una o varias de las partes fallaron; es como explicar la concreción de un gol -en términos futboleros- que se logra cuando cada jugador hace su parte y se esfuerza en la cancha para anotar un tanto.

 

Ahora bien, una de las fórmulas más aplaudidas, e incluso copiadas por otros mandatarios locales y robadas por líderes extranjeros, es el “Modelo Peña”, utilizado durante la gestión de Enrique Peña Nieto primero como gobernador del Estado de México y ahora como huésped en Los Pinos.

 

Consistió en dividir la entidad en zonas geográficas y asignarle a cada secretario una de esas partes del estado, con sus respectivos municipios, para responsabilizarlo de lo que pudiera pasarle y hacerlo representante permanente de esa región ante autoridades municipales y ciudadanos.

 

De la misma manera, desde diciembre del 2012 el titular del Ejecutivo asignó a cada secretario de despacho un grupo de estados para atender sus necesidades. Claramente se ve quiénes no trabajan, quiénes no colaboran, quiénes obstaculizan y quiénes se están ganando “la banca.”

 

Por ello, pronto habrá cambios en el terreno de juego: unos tendrán que salir a descansar, otros a darse un buen masaje en el extranjero -llenar algunas vacantes como cónsules o embajadores-, unos más verán una tarjeta amarilla en su vida política y de plano unos la roja, para nunca más volver.

 

Viene la fiesta del mercado de piernas; por ello, unos dejarán cómodas posiciones para luchar por un puesto de elección popular -diputaciones locales, alcaldías y diputaciones federales-, y un selecto grupo concentrará sus esfuerzos para ganar un boleto rumbo a una gubernatura.

 

Mientras prenden veladoras, hacen visitas a las oficinas de Insurgentes Norte y tejen alianzas para formar parte del selecto fichaje, los secretarios -hasta que escuchen el silbatazo del árbitro- tendrán que seguir con su tarea de atención a los estados y municipios que les ordenaron atender.

 

Por ejemplo, a la titular de Sedesol le tocó supervisar estados del Sureste y ella a su vez le encargó al subsecretario Ernesto Nemer hacer marcación personal a Chiapas. ¡Y vaya toque de balón que practican el mexiquense con el joven gobernador verde, Manuel Velasco Coello!

 

Hablar de Chiapas, es hablar de una entidad de contrastes: tierra fértil, petróleo, costas productivas, indígenas trabajadores, mujeres de casta fina que trabajan sin descanso, pero con una pobreza lacerante que sólo se explica por el abandono y olvido de las autoridades por muchos años.

 

Se suma a la dupla Nemer-Velasco, el senador Luis Armando Melgar -también ecologista- y han logrado, aunque aún falta muchísimo por hacer, algunas jugadas de fantasía, que aplauden los que acuden a ese alejado estadio de la frontera sur.

 

Por lo pronto el comité de emergencias de la entidad ya determinó iniciar evacuaciones preventivas en zonas vulnerables ante las lluvias por la depresión tropical 2-E. Y ojo, no pierda de vista a esta selección: Nemer-Velasco-Melgar porque dará mucho de qué hablar. Ya lo verán.