El bullying está en boca de todos. Los trágicos acontecimientos ocurridos en un colegio de Tamaulipas, donde un niño murió a causa del maltrato de sus compañeros, han hecho que incluso la clase política se preocupe por ello. De forma reactiva, pero al menos han hecho conciencia, o eso parece demostrar, de la necesidad de regular un comportamiento que amenaza el desarrollo de niños y jóvenes de nuestro país.

 

Las voces han ido de manifestaciones de famosos sobre que “#ElBullyingNoEsUnJuego”, propuestas de castigar con cárcel a los responsables de una tragedia, hasta la publicación de un plan para su combate en la Gaceta Oficial del Gobierno del DF, que incluye capacitación a maestros y autoridades escolares en temas de mediación de conflictos, e impulso de campañas de sensibilización, entre otras cosas. Y por supuesto, mucha discusión en espacios públicos, y en medios de comunicación.

 

Sin embargo, en casi todas las columnas, debates, entrevistas que he presenciado, se ha omitido hablar de una variante del mismo: el ciberbullying, o acoso mediante el cual se utilizan tecnologías, casi siempre el binomio celular-internet, para perturbar de la misma, o incluso peor manera que como se hace con el bullying presencial. No digo que no se haya hablado de éste, pues no he escuchado todas las entrevistas, ni leído todas las columnas que se han publicado después de lo acontecido en Tamaulipas, pero al menos del universo de información al que he accedido, el tema no se ha tocado en ninguno. Y debería. Enlisto algunas razones que espero inviten a reflexionar que así debiera ocurrir.

 

1.- Reputación Social. El uso de internet, las redes sociales, específicamente, tiene en el estatus dentro de un círculo de familiares y amigos, uno de sus componentes más importantes. Por eso la gente comparte fotos de amigos(as), novio(a), lugares que visita, gustos musicales, videos, etc. Esto construye una personalidad que además, es posible tenga ciertos dotes de fantasía que hagan aparentar que la persona es más cool de lo que en realidad parecería. La ridiculización pública en este contexto puede llegar a ser aún más dolorosa que lo que podría ser en una parte de su vida, -el colegio-, pues se expande hacia los múltiples lazos de la persona en cuestión.

 

2.- México es de los países con mayor consumo de redes sociales. Por citar a las dos más importantes, México se ubica dentro del Top 5 de países con más usuarios de Facebook a nivel mundial, y dentro del Top 10 con mayor número de usuarios de Twitter. Lo que pasa en internet en nuestro país, tiene un impacto serio en nuestra sociedad.

 

3.- Los daños pueden ser igual o peores. No son pocos los casos donde la muerte ha llegado a una persona acosada por vía cibernética. Y de hecho el asesinato ha venido por sí mismos, como el caso de Ciara Pugsley, de 15 años, una irlandesa que amenazó con suicidarse hasta concretarlo, después del incesante acoso virtual en su página de Ask.fm, un sitio que por cierto, ganó fama por acontecimientos similares que ocurrieron con cierta recurrencia.

 

4.- Reduce el nivel de nuestro discurso. Lamentablemente, las redes sociales han servido de tierra fértil no solo para generar movimientos muy positivos para las sociedades sino para también, escudados en la distancia y cierto anonimato, insultar sin parar, y provocar sentimientos que en el menor de los casos terminan por desencantar a los usuarios de las redes sociales de las mismas. Esta semana, presenciamos un caso, con la hija del D.T. de la Selección Mexicana, Miguel Herrera, quien torpemente defendió a su padre con faltas de ortografía y agresiones generalizadas, lo que le ganó una serie de reclamos que mostró facetas de ofensa, denuesto a una persona, misoginia, y discriminación, en muchos usuarios, que nada bueno deja a una sociedad que aspira a tener ideales de respeto.

 

5.- México, campeón de ciberbullying. En nuestro país, 2 de cada 10 jóvenes de secundarias públicas de la Ciudad de México, han utilizado el teléfono para grabar a sus compañeros en situaciones comprometedoras.

 

6.- El ciberbullying que puede darse más allá de la escuela, e incluso con material que no fue concebido originalmente para acosar en la vida real (un video íntimo, por ejemplo).

 

Nota al pie.

 

El sistema de justicia mexicano es muy débil. Cuando no se ven personas sancionadas en un caso como el de Tamaulipas, cuando a 5 años del incendio en la Guardería ABC no hay culpables, cuando un estafador que hizo una fortuna a costa de Pemex pudo ser liberado pagando una fianza, no se puede hablar que la justicia mexicana funcione. Ojalá no solo el ciberbullying, sino otros delitos, fueran castigados de manera ejemplar.

 

@jorgetaboada