1.- El futbol es un mecanismo de control de masas, ideológico y cultural, aunque en la fase de distracción. Algunos grupos disidentes han sabido aprovechar los eventos deportivos mundiales para jalar la atención: el 68 mexicano, los guerrilleros Montoneros en la Copa Argentina 1978 y ahora Brasil 2014 fueron usados para mostrar crisis sistémicas.

 

2.- La pasión por el futbol en México viene desde finales del siglo XIX, pero se convirtió en instrumento de dominación social a mediados de 1959, cuando Emilio Azcárraga Milmo compró el equipo América. Telesistema Mexicano, que tenía la participación política del hijo del ex presidente Miguel Alemán, se fundó apenas en 1955.

 

3.- Desde esa operación comercial, el futbol pasó a ser parte de la estructura de la televisión como un aparato de dominación ideológica y cultural. La difusión en la televisión como parte de la comunicación de masas.

 

4.- El problema de la televisión fue el hecho de que no se conformó con la transmisión de los partidos sino que le entró a la propiedad de equipos para fabricar consensos, armar enfrentamiento y controlar el deporte. Televisa llegó a tener tres equipos y hoy dos, TV Azteca tiene dos y Carlos Slim posee dos. Así, tres poderosas empresas controlan 6 de 18 equipos, un tercio del total.

 

5.- Los equipos de futbol son propiedad de poderosos grupos empresariales: Televisa, Grupo Salinas, Cementos Mexicanos, Femsa-Coca Cola, Cementos Cruz Azul, casa de juego Caliente, América Móvil, Grupo Pachuca y recientemente Grupo Imagen. En sí mismos los equipos no son negocio pero sí multiplican los negocios colaterales.

 

6.- Los jugadores son trabajadores asumidos en condiciones casi de esclavitud: no hay leyes que regulen sus actividades, los dueños han impedido con amenazas la creación de sindicatos y las leyes laborales les son ajenas. Los dueños comercian con los jugadores (draft) como si fueran reses.

 

7.- La Federación Mexicana de Futbol, el organismo controlador del deporte, carece de regulación legal y es controlado por Televisa vía Justino Compeán, quien comenzó a trabajar en la televisora desde 1983.

 

8.- De todos los equipos de primera división, hasta la fecha es inexplicable política y socialmente la participación de los Pumas de la UNAM en el negocio sucio del futbol. Vía el equipo, la UNAM participa de las irregularidades, transas y corruptelas del sector y en nada eleva el papel cultural de la universidad. Peor aún, el porrismo como fenómeno negativo en la UNAM viene justamente del futbol.

 

9.- En mayo de 1985 una mala organización de los Pumas en CU provocó una aglomeración en el túnel 26 y murieron 26 personas. El rector de la UNAM era Jorge Carpizo McGregor, quien le entregó el equipo de futbol a Carlos Slim. Luego el patronato quedó en manos de Víctor Mahbub, uno de los principales colaboradores de Raúl Salinas de Gortari. Y los poderosos de la industria de la construcción ligada a la UNAM, la familia Borja Navarrete, hoy domina el patronato, cuyos fondos nadie conoce y que explota la marca UNAM.

 

10.- La selección que hoy compite en Brasil es propiedad de Televisa por el control de patrocinios, el entrenador del América, Miguel El Piojo Herrera, y la planta americanista como base; ningún jugador de los Pumas fue llamado a integrar la selección.

 

11.- Es la hora que el Congreso legisle sobre leyes deportivas que le quiten a Televisa, a TV Azteca y ahora a Carlos Slim el control de la selección de futbol, protejan los derechos de los trabajadores y sobre todo eviten la explotación de la marca México como negocio privado y prohíban el uso de la selección en propaganda comercial y de bebidas alcohólicas antideportivas.

 

12.- El Congreso debe decidir si el futbol es un deporte social o un negocio del poder fáctico de las televisoras.