BOGOTÁ. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos gobernará hasta 2018 y lo hará con la izquierda, que ayudó a este político de corte neoliberal a ganar las elecciones más disputadas de las últimas décadas bajo la bandera de la paz.

 

El giro de Santos, un político tradicional de la llamada oligarquía bogotana y quien siempre ha estado más a la derecha que a la izquierda, responde al traspiés que sufrió en la recta final de la campaña tras la victoria del uribista Óscar Iván Zuluaga en la primera ronda electoral del 25 de mayo.

 

El último objetivo de Santos es lograr la paz a través del diálogo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se inició en 2012 en Cuba y busca terminar con 50 años de conflicto armado, pero del que muchos de sus compatriotas, la mayoría conservadores, desconfían.

 

A esto se ha añadido el anuncio, este último martes, de que el Gobierno de Santos y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), otra guerrilla colombiana, iniciaron en enero pasado diálogos exploratorios para abrir un proceso de paz.

 

La gran paradoja es que los partidos de izquierda, movimientos sociales, sindicatos, artistas e intelectuales, quienes han sido los más críticos con Santos, también han impulsado su victoria para evitar el retorno al poder del uribismo.

 

Tanto los líderes de la comunista Unión Patriótica como la polémica exsenadora Piedad Córdoba, siempre cercana a la Venezuela chavista, apoyaron a Santos a través de los medios, de las redes sociales y en la propia calle con el lema “Vota por la paz”.

 

Hoy todos ellos celebraron al unísono esta victoria tan inverosímil.

 

Zuluaga representaba los ocho años de gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), quien optó por la vía militar para acabar con la guerrilla. Santos curiosamente fue uno de los ministros “estrella” de Uribe, quien apoyó su candidatura en las elecciones de 2010.

 

Frío, poco carismático y un apasionado jugador de póquer, Santos llegó a la Presidencia en 2010 dispuesto a seguir los postulados de su antecesor, pero se distanció y eligió otro camino.

 

Como ministro de Defensa de Uribe asestó los más duros golpes militares a las FARC e hizo frente al gran escándalo de los “falsos positivos”, cuando el ejército mató a miles de civiles y les hizo pasar por guerrilleros muertos en combate con el único objetivo de engordar los éxitos militares.

 

Juan Manuel Santos nació el 10 de agosto de 1951 en Bogotá, en el seno de una de las familias más poderosas de Colombia y, desde niño, se movió entre los entresijos del poder, siempre imbuido en las ideas del Partido Liberal.

 

Su tío abuelo Eduardo Santos fue presidente (1938-1942) y su familia dirigió durante décadas El Tiempo, el periódico más influyente del país.

 

Comenzó su carrera política en Londres en 1972 como representante de Colombia ante la Organización Internacional del Café y a su regreso fue subdirector de El Tiempo.

 

En 1991 fue designado por el liberal César Gaviria ministro de Comercio Exterior y, durante el Gobierno del conservador Andrés Pastrana (1998-2002), ejerció como titular de Hacienda.

 

En 2004 se apartó del liberalismo para respaldar a Uribe y se sumó al Partido de la U, la fuerza que ganó las elecciones en 2006 y 2010, al que hoy sigue perteneciendo.

 

Aficionado a las apuestas y adicto al poder, Santos es arriesgado y lo demostró abriendo un diálogo de paz con las FARC a sabiendas de que tendría muchos detractores.

 

También recompuso las relaciones con Ecuador y Venezuela, rotas durante el Gobierno de Uribe, y congeló un convenio militar con EU por el que se iba a poner a disposición de ese país siete bases militares. Aun así, cerró el Tratado de Libre Comercio con la Administración de Barack Obama.

Casado con María Clemencia Rodríguez y padre de tres hijos, Santos es doctor en Leyes, estudió Economía y Administración de Empresas en la Universidad de Kansas, Economía y Desarrollo Económico en la Escuela de Economía de Londres y Administración Pública en Harvard, además de Periodismo.

El presidente y candidato es autor de varios libros, entre ellos “La Tercera Vía: una alternativa para Colombia”, que escribió junto al exprimer ministro británico Tony Blair.