Más de un millón de ciegos, con baja visión o alguna discapacidad podrán tener un mayor acceso a materiales impresos si el gobierno mexicano ratifica el Tratado de Marrakech, cuyo plazo vence el próximo 27 de junio.

 

Las naciones que suscriban dicho tratado se comprometen a adoptar cambios en sus legislaciones para permitir la reproducción, distribución y disponibilidad de obras publicadas en formatos accesibles a través de excepciones al derecho de autor, así como facilitar el intercambio de estos materiales entre países por organizaciones que sirven a la población con discapacidad para la lectura.

 

Con ello se garantizará el acceso a un mayor volumen de obras en formatos como el braille, el audio y el macrotipo, entre otros, de autores nacionales y extranjeros.

 

El próximo 27 de junio vence el plazo para que México, junto con los estados miembros de la ONU, ratifique el Tratado. Si bien el pasado 30 de mayo la Cancillería envió la propuesta a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) para su revisión y aprobación, es el Senado la instancia que debe aprobar su ratificación, conforme a la Ley sobre la Celebración de Tratados.

 

La senadora Gabriela Cuevas, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, dijo a 24 HORAS que hasta el momento no ha recibido aviso alguno por parte del Ejecutivo ni de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) sobre negociaciones para firmar el instrumento.

 

En junio de 2013 los representantes de 67 países suscribieron este tratado, pero al día de hoy tampoco ha logrado la adhesión de 20 naciones que requiere para su entrada en vigor. En América Latina, región que impulsó fuertemente este convenio, faltan aún seis naciones suscriptoras para ratificarlo, entre ellas México.

 

Los enlaces 

La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) advierte que entre los mayores obstáculos para el crecimiento de la oferta de obras accesibles a personas con alguna discapacidad visual, están las leyes de derechos de autor.

 

De acuerdo con el organismo, sólo 60 países incluyen en sus legislaciones de derechos de autor excepciones a pagos por este rubro que permitan que una institución que atiende a personas con discapacidad visual pueda realizar la transcripción de una obra sin tener que solicitar permisos o costear derechos para ponerla a disposición de lectores que no pueden acceder de otra forma a esa obra.

 

“Son determinados títulos, desde libros de texto hasta novelas, los que se nos permiten reproducir por los derechos de autor, se trata de un pequeño listado de obras que podemos replicar y no podemos hacer un tiraje grande, sólo entre tres y cinco copias por título. Además, cada vez que requerimos imprimir un título específico hay que solicitar el permiso a la editorial que posee los derechos”, dijo Susana Portales, directora del Comité Internacional Pro Ciegos, en entrevista con este diario.

 

De acuerdo con Portales, la ratificación de este instrumento es de suma importancia para un país como México, en el que se tiene registro de que cada día una persona pierde la vista a causa de enfermedades o accidentes.