Tuvieron que pasar 13 partidos en Brasil 2014 para ver el primer empate, para ver el peor partido en lo que va del torneo. El Irán contra Nigeria fue un partido indigno de un Mundial, cerrado, cansino, poco espectacular.
El mayor problema de Nigeria es tal vez, el clima, y la falta de un creativo que arengue a sus compañeros, la carencia de un gran mariscal de campo. Mientras que Irán, con un estilo ultradefensivo, apuesta por no hacer el ridículo en este Mundial, ese es su más grande aspiración.
En la parte final del encuetro, los nigerianos se volcaron al frente, pretendieron a balón parada llegar a inquietar al arquero iraní, pero Obi Mikel desaprovecho las oportunidades en táctica fija, además de una gran actuación de la defensa persa mantuvieron el cero.
Con 60′ de tiempo corrido, el partido sigue en un letargo, los nigerianos quisieron pero no pudieron, les hizo falta la magia de John Obi Mikel, un jugador revulsivo que se atreve a encarar, desbordar y generar; para los iraníes el empate les sabrá a gloria, no arriesgaron nada, no intentaron nada.
En un partido muy árido, sin emociones ni llegadas claras de gol, que lo ponen como el de peor nivel futbolístico en lo que va del Mundial, Irán y Nigeria se fueron al descanso 0-0.
Los persas dirigidos por el portugués Carlos Queiroz, salieron a defenderse, desde el minuto cinco se echaron para atrás, y sin mayor problema firmarían el empate a cero que les daría un punto.
En media hora de juego, Nigeria tuvo el dominio del balón pero solo generó una llegada que no inquietó al arquero Alireza Haghighi, en suma pasaron 30 minutos de nada, de aburrición en un Mundial donde el ritmo vertiginoso al ataque ha sido el común denominador de los equipos.
En 20′ minutos de la primera mitad, nigerianos e iraníes no se hicieron daño, fue un juego muy trabajo, con un Irán muy bien parado atrás esperando los ataques africanos, sin embargo éstos no han llegado, solo insinuaciones de peligro en algún desborde.
Irán y Nigeria juegan en el estadio Arena da Baixada en Curitiba para cerra la actividad del grupo F que ayer empezó con la victoria de Argentina 2-1 sobre Bosnia.
Nigeria llega sin muchas expectativas, sus grandes estrellas se han ido apagando poco a poco, hoy con nada que perder y mucho que ganar las Águilas Verdes quieren dar la sorpresa de este Mundial, pero antes tendrán que superar a los iraníes.
Si Nigeria llega con pocas esperanzas, los persas llegan con posibilidades casi nulas, son la víctima de este grupo, es más son los favoritos para quedar en último lugar de los 32 equipos, pero los dirigidos por Carlos Queiroz tendrán la ultima palabra.