Bajo la premisa de que la estrategia de “la mano firme” no ha dado resultados en el combate contra la delincuencia y la violencia en Latinoamérica, Antonio Luigi Mazzitelli, representante Regional de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), reconoció que en México la implementación de políticas y tácticas basadas en la prevención de delito pueden arrancar la violencia que se vive en el país.

 

 

“Aquí en México se ha hecho y se está haciendo un esfuerzo importante para tratar de entender cuáles son las causas de la violencia. Se están dando mejores repuestas que tratan de solucionar los problemas a nivel del territorio”, señaló.

 
En entrevista, tras el acto inaugural de la Segunda Conferencia Internacional sobre Estadísticas de Gobernanza, Seguridad y Justicia -el cual se llevará a cabo en la ciudad de México hasta el próximo 21 de junio-, el especialista sostuvo que así como cada enfermedad requiere de un antibiótico, en el país se han iniciado una serie de tratamientos “radicales” con las reformas impulsadas en materia de seguridad y justicia para obtener respuestas concretas en dicho ámbitos.

 
“A todo esto también se tiene que trabajar a nivel territorial, a través de la reorganización de las Policías, la reorganización de la ministración de la justicia, la movilización ciudadana en función preventiva y de acompañamiento hacia una seguridad verdaderamente ciudadana y comparativa, y tercero, un concepto de prevención.  México es uno de los pocos países que le está invirtiendo mucho en la prevención del crimen y no solamente su represión”, subrayó Mazzitelli.

 
Cuestionado acerca de las causas que mantiene ciertas regiones del país con un alto nivel de violencia e inseguridad, el representante de la UNODC señaló que sólo se combatirán con “trabajo de prevención, con la reducción del impacto de la violencia a partir de las estrategias y las políticas propias de cada uno de los territorio donde se manifiesta la violencia”.

 
Entre las diversas causas mencionó: la ilegalidad, la falta de desarrollo y oportunidades para los jóvenes, los mercados ilícitos, así como la escasez de participación de la ciudadanía.

 
Respecto a los modelos implementados por los gobiernos para erradicar la violencia, el experto señaló que al igual como ha sucedido en ejemplos mundialmente conocidos, como el Modelo de Medellín (en Colombia) o el Sao Paulo (en Brasil), en México el modelo de Ciudad Juárez también resulta un ejemplo de cómo la ciudad fronteriza ha generado “sus propios anticuerpos”.

 
Sin embargo, reconoció que su ubicación geográfica posiciona a Ciudad Juárez en un punto distinto al de caso como el de Michoacán o Chiapas, donde destacó se está trabajando mucho en materia de prevención.