Detrás de esa cara de niño bueno, se esconde un goleador de hierro. Otra vez Lionel Messi, sin jugar bien, salvó a Argentina con un golazo decisivo que instala a su equipo en la segunda ronda de la Copa del Mundo.
Messi le dio el triunfo a Argentina 1-0 ayer sábado sobre Irán con un delicioso zurdazo, y ya venía de marcarle el segundo a Bosnia en la victoria 2-1 el domingo en Río de Janeiro.
Dos goles en otros tantos partidos, y todos ellos decisivos, es una buena cosecha para un Messi que en el Mundial de Sudáfrica 2010 remató decenas de veces al arco, no pudo convertir ningún tanto y además convirtió en figura a todos los arqueros rivales, salvo en cuartos de final cuando Alemania apabulló 4-0 a los Albicelestes.
“Cuando entró sentí mucha felicidad, fue un momento muy lindo”, recordó Messi, que con el de Irán totaliza con Argentina 88 partidos, uno más que Diego Maradona, quien fue su técnico en Sudáfrica y que presenció este partido en el Mineirao. . “Es muy difícil jugar cuando un rival se cierra muy atrás; pero hoy lo importante era ganar”.
Cuando Argentina peor la estaba pasando, con el arquero Sergio Romero convertido en figura, Messi capturó una pelota en la entrada del área, enganchó hacia adentro y sacó un latigazo con su zurda que hizo inútil el salto de Alireza Haghighi, al que la “Pulga” solo le había hecha pasar un susto con un tiro libre que se fue apenas alto.
Messi jugó con un cuadrado ofensivo junto con Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín y Angel Di María, pero entre ellos falló la conexión y lejos estuvieron de merecer el halago de “Los cuatro fantásticos”.
“Nos costó encontrar los espacios pero por suerte pudimos ganar”, apuntó Messi. “Teníamos que conseguir los tres puntos para no sufrir en el último encuentro”.
Aunque su gol fue suficiente como para volver a ser gravitante en Argentina, Messi estuvo lejos de ser ese jugador de galera y bastón. No se vio que sufriese una marca pegajosa, aunque el técnico Alejandro Sabella dio su punto de vista.
“Messi estuvo muy marcado, todos estuvieron muy marcados, por la cantidad de gente que Irán nos regalaba prácticamente la pelota y nos esperaba a mitad de cancha”, destacó Sabella, quien alabó la paciencia de artesano que tuvo Messi, sin desesperarse cuando la pelota no le llegaba.
Y esa quizás fue la mejor virtud de Messi, esperar, sembrar para la cosecha merodeando el área, como intuyendo que algo grande estaba por ocurrir. Y gatilló en el momento justo y necesario.
“Messi siguió, insistió todo el partido, tuvo perseverancia, paciencia, actitud, buscó siempre el gol a su manera, en las posibilidades que tuvo”, dijo Sabella. “Tuvo dos en el segundo tiempo”.
El centrocampista Javier Mascherano, compañero de Messi en el Barcelona, alabó la labor del “10”, aquel rapto de inspiración.
“Con una jugada te hace ganar el partido”, señaló Mascherano, quien después fue crítico con la actuación de su equipo. “Hay partidos donde no tenés ese toque de precisión, pero hasta el último segundo tenés la oportunidad de ganar”.