LAGOS. Al menos 91 personas -entre ellas 60 mujeres y niñas- han sido secuestradas en el noreste de Nigeria por supuestos miembros de la secta radical islámica Boko Haram, que mantiene retenidas a más de 200 menores desde el pasado abril, informaron las autoridades locales y patrullas vecinales.

 

El grupo terrorista efectuó este nuevo secuestro durante una serie de ataques cometidos entre el jueves y el domingo pasados contra varias localidades aisladas del estado de Borno.

 

El secuestro se produjo en el área de Damboa, situada a unos 150 kilómetros de la capital de Borno, Maiduguri, confirmó un representante del gobierno local al rotativo Leadership, que no quiso revelar su identidad.

 

Noventa y una personas fueron secuestradas, según un vocero de las patrullas vecinales, Aji Jalil.

 

“Las mujeres fueron secuestradas entre el jueves y el domingo en las localidades de Kummabza, Yaga y Dagu, todas ellas en la demarcación de Damboa, en el estado de Borno”, precisó Jalil.

 

Entre los secuestrados se encuentran “más de 60 mujeres casadas y chicas jóvenes” y “31 hombres jóvenes”, todos ellos raptados por “terroristas de Boko Haram”, según este vecino de la zona.

 

En el asalto también murieron cuatro residentes que intentaron escapar y fueron tiroteados, añadió el portavoz vecinal.

 

No hay día en el que Nigeria no exista violencia, ayer, al menos 38 personas murieron en dos ataques simultáneos perpetrados por hombres armados en sendas poblaciones del norte.

 

Los hechos ocurrieron anoche en las localidades de Ankpon y Kabamu, ubicadas en el estado de Kaduna, donde dos grupos de hombres armados irrumpieron y abrieron fuego contra la población.

 

En la primera de esas localidades murieron 21 personas, mientras que en la segunda perdieron la vida otras 17.

 

Según las autoridades locales, las Fuerzas de Seguridad están rastreando la zona para intentar encontrar a los responsables del ataque, que, de momento, no ha sido reivindicado por ningún grupo violento.

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Boko Haram es el principal sospechoso de las ocho muertes que se produjeron el lunes en la Escuela de Sanidad de Kano por la explosión de un artefacto.