Un enfrentamiento entre supuestos sicarios y militares ocurrido ayer en un municipio del Estado de México, colindante con Guerrero, se convirtió en el choque de mayor violencia por el número de víctimas confirmadas en lo que va del gobierno de Enrique Peña Nieto, dentro de la estrategia permanente contra el narcotráfico.

 

 

Fueron 22 las personas que cayeron bajo el fuego de los soldados en el municipio de Tlatlaya, considerado base operativa del grupo criminal denominado Guerreros Unidos, y zona en la que ya se habían registrado agresiones en contra de militares.

 
El antecedente de mayor violencia por número de víctimas confirmadas oficialmente se remonta al 3 de septiembre del 2010 en Tamaulipas, durante el sexenio de Felipe Calderón, cuando soldados se enfrentaron con sicarios con un saldo de 27 agresores muertos.

 
Apenas ayer este diario publicó que en los últimos dos años, el Ejército mexicano ha registrado mil ataques en contra de sus elementos.

 
De acuerdo con la información confirmada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el violento enfrentamiento de ayer se inició aproximadamente a las 5:30 de la mañana, cuando efectivos de la 22 Zona Militar que participan en el operativo conjunto contra la delincuencia en el Estado de México, realizaban un reconocimiento terrestre en el área.

 
Previamente, indicaron autoridades federales a este diario, se habían recibido reportes de inteligencia que apuntaban a la operación de delincuentes en la zona, en una instalación que podría ser una casa de seguridad o un laboratorio clandestino de drogas químicas.

 
Al llegar al sitio, y concretamente a la periferia del poblado de Cuadrilla Nueva, la Sedena indicó que se ubicó un inmueble custodiado por más de una veintena de personas armadas.

 
“En ese punto se ubicó una bodega que se encontraba custodiada por personas armadas, mismas que al percatarse de la presencia de las tropas abrieron fuego, por lo que el personal castrense repelió dicha agresión”, sostuvo la Sedena en su comunicado.
Los militares respondieron con fuego a la agresión de los delincuentes, originándose un intercambio de disparos que se extendió por más de diez minutos y en el que se habrían efectuado más de 500 detonaciones.

 
Tras la refriega, el saldo oficial fue de 22 presuntos agresores muertos, de los cuales 21 eran hombres y una mujer. No se precisó si hubo otros sicarios que escaparon. Del lado de los militares, un soldado resultó lesionado por balas calibre 7.62, y hasta el cierre de esta edición se le reportaba estable.

 
Tres mujeres, que al parecer se encontraban secuestradas según su propia versión, fueron trasladadas a la Procuraduría General de la República (PGR) para que rindieran declaración.

 
El poder de fuego que tenían los delincuentes quedó evidenciado por el arsenal que se les decomisó: 25 armas largas de las cuales 16 eran fusiles AK-47 conocidos como “Cuerno de Chivo”, seis eran rifles AR-15, dos escopetas y un fusil marca Calico. También se decomisaron 13 armas cortas, una granada de fragmentación, 112 cargadores, entre otros.

 
Al sitio del enfrentamiento llegaron peritos y agentes de la Procuraduría general de Justicia del estado de México para realizar el levantamiento de todos los cuerpos y comenzar con los trabajos de identificación.

 

 

Región caliente

 
El área donde ocurrió el enfrentamiento en el sur del estado de México es un corredor clave para el trasiego de drogas. Tlatlaya, en específico, es una localidad que colinda con Guerrero y se encuentra a menos de 40 kilómetros de la frontera con Michoacán.

 

Investigaciones federales identifican la zona como un área en la que operan grupos como La Familia Michoacana y Guerreros Unidos, este último una escisión de lo que en su momento fue el cártel de Los Beltrán Leyva.

 
El 28 de diciembre del 2012, un elemento del Ejército resultó herido durante un enfrentamiento entre militares y sicarios en Tlatlaya. Unos días más tarde, el 11 de enero, un soldado y un delincuente murieron en un nuevo choque a unos kilómetros de distancia. En marzo del 2013, diez sicarios fallecieron en otro enfrentamiento con militares también en el sur de la entidad.

 
Cabe señalar que apenas el pasado 1 de mayo, el gobierno federal había anunciado la captura de Mario Casarrubias Salgado, alias El Chapo Guapo, considerado líder del grupo delictivo Guerreros Unidos, y quien encabezaba una violenta disputa con grupos antagónicos por el control de la producción y transporte de drogas en el estado de México.