PARÍS. El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió de que el ritmo de crecimiento podría ser este año y el que viene menor de lo previsto, y apostó por la inversión, tanto pública como privada, como medida para impulsar la actividad económica.
Su directora gerente, Christine Lagarde, señaló que la menor fortaleza del potencial de crecimiento y un nivel de inversiones todavía tenue están detrás de esa posible revisión a la baja.
Las cifras actualizadas de su organismo no se conocerán hasta dentro de quince días, por lo que la representante del FMI se limitó a perfilar la tendencia observada a corto y medio plazo.
“La actividad económica, morosa en los primeros meses de 2014, debería reforzarse en la segunda parte y acelerarse en 2015”, indicó en una ponencia en la que dejó claras las diferencias entre países emergentes y avanzados y que esa dinámica quizá no sea tan fuerte como la anticipada.
Christine Lagarde, dijo que las inversiones se mantienen débiles y que la recuperación de la economía estadunidense depende de la capacidad de la Reserva Federal de reducir gradualmente las medidas de estímulo y de que los políticos concuerden en un plan fiscal.
El crecimiento fue inesperadamente débil a principios de este año, pero debe recuperar su impulso en la segunda mitad del año y ganar fuerza en el 2015, dijo Lagarde. Sin embargo, agregó que la recuperación en los países desarrollados se mantiene débil y que los países en desarrollo no crecerán tan rápido como se esperaba.
“La actividad global se fortalece, pero pudiera ser más débil de lo esperado”, dijo.
Menos inversiones
Lagarde no quiso dar recomendaciones individualizadas país por país, pero sí constató que, en estos momentos de “atonía económica”, se declara partidaria de apoyar la oferta.
La directora gerente apuntó que la crisis económica ha provocado un descenso de las inversiones en tres sectores clave: las empresas, en particular en la zona euro; la vivienda, “que cayó en picada en países como en España”, y el sector público.
Lagarde apostó por estimular la cooperación entre el sector público y el privado, y señaló que la reducción del coste del capital y la desaparición de ciertas incertidumbres, como las dudas sobre la viabilidad de la zona euro, hacen pensar que las inversiones privadas deberían de volver a crecer.
En su discurso recalcó que aunque incrementar las inversiones en infraestructura es la medida más tangible y fácil de medir para organismos como el que representa, no debe dejarse atrás el refuerzo de sectores como la sanidad y la educación.