NACIONES UNIDAS. El grupo extremista Estado Islámico para Irak y el Levante ha tomado el control de una importante instalación de armas químicas al noroeste de Bagdad donde están almacenados 2 mil 500 cohetes con gas sarín rebajado, además de otros agentes químicos, informó Irak en una carta que fue circulada el martes en las Naciones Unidas.

 

El gobierno de Estados Unidos restó importancia a la amenaza de lo ocurrido, al afirmar que en la instalación no hay armas químicas intactas y sería muy difícil, sino es que imposible, usar el material para propósitos militares.

 

Mohamed Alí Alhakim, embajador de Irak ante la ONU, dijo en una carta dirigida al secretario general de la organización, Ban Ki-moon, que “terroristas armados” entraron a la instalación de Muthanna el 11 de junio, detuvieron a oficiales y soldados de la fuerza de protección y les quitaron sus armas. A la mañana siguiente, el director del proyecto observó en el sistema de video de vigilancia el robo de varios equipos antes que los “terroristas” desactivaran las cámaras, dijo.

 

El EIIL, que controla partes de Siria, envió a sus combatientes al vecino Irak el mes pasado y rápidamente capturó gran parte del territorio a ambos lados de la frontera entre los dos países. La semana pasada, el líder del grupo, Abu Bakr al-Baghdadi, declaró el establecimiento de un estado islámico, o califato, en los territorios bajo su control.

 

Alhakim dijo que como resultado de la toma de Muthanna, Irak no puede “cumplir sus obligaciones de destruir armas químicas” debido a la mala situación de seguridad. Agregó que el país volverá a cumplir sus obligaciones “tan pronto como la situación de seguridad mejore y las autoridades recuperen el control de la instalación”.

 

Alhakim mencionó la captura de los búnkeres 13 y 41 en el amplio complejo, ubicado a 56 kilómetros (35 millas) al noroeste de Bagdad en el tristemente célebre Triángulo Suní.

 

El reporte más reciente de inspectores de la ONU sobre el estatus del programa de eliminación de armas de destrucción masiva se dio a conocer aproximadamente un año después que los expertos se marcharon en marzo del 2003. El informe indica que el búnker 13 tenía 2 mil 500 cohetes de 55 milímetros llenos del gas neurotóxico sarín cargados antes de 1991 y unas 180 toneladas de cianuro de sodio, “una sustancia química muy tóxica y precursor del agente militar tabún”.

 

La ONU indicó que el búnker fue bombardeado en la primera Guerra del Golfo Pérsico en febrero de 1991, en que la coalición expulsó a las fuerzas de Irak de Kuwait, y que los cohetes quedaron “parcialmente dañados o destruidos”.

 

La organización agregó que los cohetes con sarín eran “de mala calidad” y en “gran medida habrían quedado degradados después de años de almacenamiento en malas condiciones”. La ONU agregó que los contenedores con tabún fueron tratados con una solución descontaminante y ya no tienen ningún agente, pero “los residuos de esta descontaminación contienen cianuro, que todavía puede ser peligroso”.

 

Las noticias sobre le toma de la instalación llegan en momentos de incertidumbre política en Irak, cuando los líderes del país deben formar un nuevo gobierno que pueda hacer frente a la ofensiva extremista que ha hecho a la nación caer en su peor crisis desde que los soldados estadounidenses se marcharon en el 2011.

 

El Parlamento de Irak reprogramó el martes su próxima sesión para el domingo después de ser criticado por tener planes de un receso de cinco semanas.